sábado, 27 de septiembre de 2014

El Caldero Chorreante



Todos los personajes y las palabras en negrita pertenecen a J.K. Rowling


EL CALDERO CHORREANTE

—Yo leeré —dijo un alumno de Hufflepuff que Harry no conocía mientras caminaba hasta el libro. Lo cogió y leyó el titulo del siguiente capitulo en voz alta—: El Caldero Chorreante.

Harry tardó varios días en acostumbrarse a su nueva liber­tad. Nunca se había podido levantar a la hora que quería, ni comer lo que le gustaba. Podía ir donde le apeteciera, siem­pre y cuando estuviera en el callejón Diagon, y como esta ca­lle larga y empedrada rebosaba de las tiendas de brujería más fascinantes del mundo, Harry no sentía ningún deseo de incumplir la palabra que le había dado a Fudge ni de ex­traviarse por el mundo muggle.


Muchos sonrieron a Harry pero Lily estaba algo preocupada, ¿Un niño de trece años viviendo solo?

Desayunaba por las mañanas en el Caldero Chorreante, donde disfrutaba viendo a los demás huéspedes: brujas pe­queñas y graciosas que habían llegado del campo para pasar un día de compras; magos de aspecto venerable que discu­tían sobre el último artículo aparecido en la revista La trans­formación moderna; brujos de aspecto primitivo; enanitos escandalosos; y, en cierta ocasión, una bruja malvada con un pasamontañas de gruesa lana, que pidió un plato de hígado crudo.

Después del desayuno, Harry salía al patio de atrás, sa­caba la varita mágica, golpeaba el tercer ladrillo de la iz­quierda por encima del cubo de la basura, y se quedaba espe­rando hasta que se abría en la pared el arco que daba al callejón Diagon.

Harry pasaba aquellos largos y soleados días explorando las tiendas y comiendo bajo sombrillas de brillantes colo­res en las terrazas de los cafés, donde los ocupantes de las otras mesas se enseñaban las compras que habían hecho («es un lunascopio, amigo mío, se acabó el andar con los mapas lunares, ¿te das cuenta?») o discutían sobre el caso de Sirius Black («yo no pienso dejar a ninguno de mis chicos que salga solo hasta que Sirius vuelva a Azkaban»). 


Sirius se giraba constantemente y de manera poco disimulada hacia James con nerviosismo, no quería ver ningún rastro de duda en sus ojos pero, por otra parte, cada vez que se giraba esperaba verlo.


Harry ya no tenía que hacer los deberes bajo las mantas y a la luz de una vela; ahora podía sentarse, a plena luz del día, en la terraza de la Heladería Florean Fortescue, y terminar todos los tra­bajos con la ocasional ayuda del mismo Florean Fortescue, quien, además de saber mucho sobre la quema de brujas en los tiempos medievales, daba gratis a Harry, cada media hora, un helado de crema y caramelo.


—¡Genial! —dijo Ron con envidia mientras muchos miraban a Harry de la misma manera.


Después de llenar el monedero con galeones de oro, sickles de plata y knuts de bronce de su cámara acorazada en Gringotts, necesitó mucho dominio para no gastárselo todo enseguida. Tenía que recordarse que aún le quedaban cinco años en Hogwarts, e imaginarse pidiéndoles dinero a los Dursley para libros de hechizos. 

Lily, Molly, Hermione y Percy sonrieron, orgullosos del comportamiento responsable del pequeño Harry.


Para no caer en la tentación de comprarse un juego de gobstones de oro macizo (un juego mágico muy parecido a las canicas, en el que las bolas lanzan un líquido de olor repugnante a la cara del jugador que pier­de un punto). También le tentaba una gran bola de cristal con una galaxia en miniatura dentro, que habría venido a signi­ficar que no tendría que volver a recibir otra clase de astro­nomía. Pero lo que más a prueba puso su decisión apareció en su tienda favorita (Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch) a la semana de llegar al Caldero Chorreante.


Deseoso de enterarse de qué era lo que observaba la multitud en la tienda, Harry se abrió paso para entrar; apre­tujándose entre brujos y brujas emocionados, hasta que vio, en un expositor; la escoba más impresionante que había vis­to en su vida.

Muchos suponían de que se trataba y Sirius, al haber sido el él que le había regalado la escoba, sonreía con satisfacción desde que había escuchado que eso era lo mas impresionante que Harry había visto en su vida.


—Acaba de salir... prototipo... —le decía un brujo de mandíbula cuadrada a su acompañante.

—Es la escoba más rápida del mundo, ¿a que sí, papá? —gritó un muchacho más pequeño que Harry, que iba colga­do del brazo de su padre.

El propietario de la tienda decía a la gente:

—¡La selección de Irlanda acaba de hacer un pedido de siete de estas maravillas! ¡Es la escoba favorita de los Mun­diales!

Al apartar a una bruja de gran tamaño, Harry pudo leer el letrero que había al lado de la escoba:

SAETA DE FUEGO
Este ultimísimo modelo de escoba de carreras dispo­ne de un palo de fresno ultra fino y aerodinámico, tratado con una cera durísima, y está numerado a mano con su propia matrícula. Cada una de las ra­mitas de abedul de la cola ha sido especialmente seleccionada y afilada hasta conseguir la perfección aerodinámica. Todo ello otorga a la Saeta de Fuego un equilibrio insuperable y una precisión milimé­trica. La Saeta de Fuego tiene una aceleración de 0 a 240 km/hora en diez segundos, e incorpora un sistema indestructible de frenado por encantamiento. Preguntar precio en el interior


Tan solo la descripción de la escoba había causado que James, quien no sabía de su existencia, quedara prendido por ella.


Preguntar el precio... Harry no quería ni imaginar cuan­to costaría la Saeta de Fuego. Nunca le había apetecido nada tanto como aquello... Pero nunca había perdido un partido de quidditch en su Nimbus 2.000, 

Los Gryffindor sonrieron satisfechos, y la razón era muy obvia; Harry solo había perdido un partido,y había sido por los dementores.


¿y de qué le servía dejar vacía su cámara de seguridad de Gringotts para comprarse la Saeta de Fuego teniendo ya una escoba muy buena? Harry no preguntó el precio, pero regresó a la tienda casi todos los días sólo para contemplar la Saeta de Fuego. Sin embargo, había cosas que Harry tenía que comprar. Fue a la botica para aprovisionarse de ingredientes para pociones, y como la túnica del colegio le quedaba ya demasiado corta tanto por las piernas como por los brazos, visitó la tienda de Túni­cas para Cualquier Ocasión de la señora Malkin y compró otra nueva. Y lo más importante de todo: tenía que comprar los libros de texto para sus dos nuevas asignaturas: Cuidado de Criaturas Mágicas y Adivinación.


Lily resopló, algo molesta por que su hijo cursara adivinación.


Harry se sorprendió al mirar el escaparate de la librería. En lugar de la acostumbrada exhibición de libros de hechizos, repujados en oro y del tamaño de losas de pavimentar había una gran jaula de hierro que contenía cien ejemplares de El monstruoso libro de los monstruos. Por todas partes caían páginas de los ejemplares que se peleaban entre sí, mordiéndo­se violentamente, enzarzados en furiosos combates de lucha libre.

Harry sacó del bolsillo la lista de libros y la consultó por primera vez. El monstruoso libro de los monstruos aparecía mencionado como uno de los textos programados para la asignatura de Cuidado de Criaturas Mágicas. 

James y Lily, quienes todavía no sabían que Hagrid había sido profesor ese año, lo intuyeron en ese momento.


En ese mo­mento Harry comprendió por qué Hagrid le había dicho que podía serle útil. Sintió alivio. Se había preguntado si Hagrid tendría problemas con algún nuevo y terrorífico animal de compañía.


Algunos rieron.

Cuando Harry entró en Flourish y Blotts, el dependien­te se acercó a él.

—¿Hogwarts? —preguntó de golpe—. ¿Vienes por los nuevos libros?

—Sí —respondió Harry—. Necesito...

—Quítate de en medio —dijo el dependiente con impa­ciencia, haciendo a Harry a un lado. Se puso un par de guan­tes muy gruesos, cogió un bastón grande, con nudos, y se dirigió a la jaula de los libros monstruosos.

—Espere —dijo Harry con prontitud—, ése ya lo tengo.

—¿Sí? —El rostro del dependiente brilló de alivio—. ¡Cuánto me alegro! Ya me han mordido cinco veces en lo que va de día.

Más risas cubrieron el Gran Comedor mientras algunos sentían pena por el pobre dependiente.

Desgarró el aire un estruendoso rasguido. Dos libros monstruosos acababan de atrapar a un tercero y lo estaban desgarrando.

—¡Basta ya! ¡Basta ya! —gritó el dependiente, metiendo el bastón entre los barrotes para separarlos—. ¡No pienso volver a pedirlos, nunca más! ¡Ha sido una locura! Pensé que no podía haber nada peor que cuando trajeron los doscientos ejemplares del Libro invisible de la invisibilidad. Costaron una fortuna y nunca los encontramos... 

Y todavía mas risas aparecieron.


Bueno, ¿en qué pue­do servirte?


—Necesito Disipar las nieblas del futuro, de Cassandra Vablatsky —dijo Harry, consultando la lista de libros.

—Ah, vas a comenzar Adivinación, ¿verdad? —dijo el dependiente quitándose los guantes y conduciendo a Harry a la parte trasera de la tienda, donde había una sección dedi­cada a la predicción del futuro. Había una pequeña mesa re­bosante de volúmenes con títulos como Predecir lo imprede­cible, Protégete de los fallos y accidentes, Cuando el destino es adverso.

—Aquí tienes —le dijo el dependiente, que había subido unos peldaños para bajar un grueso libro de pasta negra—: Disipar las nieblas del futuro, una guía excelente de métodos básicos de adivinación: quiromancia, bolas de cristal, entra­ñas de animales...

Pero Harry no escuchaba. Su mirada había ido a posar­se en otro libro que estaba entre los que había expuestos en una pequeña mesa: Augurios de muerte: qué hacer cuando sabes que se acerca lo peor.

Muchos tragaron saliva, lo único que le faltaba a Harry era ver augurios de muerte por todas partes.


—Yo en tu lugar no leería eso —dijo suavemente el de­pendiente, al ver lo que Harry estaba mirando—. Comenza­rás a ver augurios de muerte por todos lados. Ese libro consi­gue asustar al lector hasta matarlo de miedo.

Muchos se estremecieron.

Pero Harry siguió examinando la portada del libro. Mos­traba un perro negro, grande como un oso, con ojos brillan­tes. Le resultaba extrañamente familiar...

—¿El Grim? —preguntó Parvati con curiosidad.

—Eeh... —dijo Harry sin saber que decir. Miró de reojo a Sirius—. Si, eso, claro.

El dependiente puso en las manos de Harry el ejemplar de Disipar las nieblas del futuro.

—¿Algo más? —preguntó.

—Sí —dijo Harry, algo aturdido, apartando los ojos de los del perro y consultando la lista de libros—: Necesito... Transformación, nivel intermedio y Libro reglamentario de hechizos, curso 3º.

Diez minutos después, Harry salió de Flourish y Blotts con sus nuevos libros bajo el brazo, y volvió al Caldero Cho­rreante sin apenas darse cuenta de por dónde iba, y chocan­do con varias personas.

Subió las escaleras que llevaban a su habitación, entró en ella y arrojó los libros sobre la cama. Alguien la había he­cho. Las ventanas estaban abiertas y el sol entraba a rauda­les. Harry oía los autobuses que pasaban por la calle muggle que quedaba detrás de él, fuera de la vista; y el alboroto de la multitud invisible, abajo, en el callejón Diagon. Se vio refle­jado en el espejo que había en el lavabo.

—No puede haber sido un presagio de muerte —le dijo a su reflejo con actitud desafiante—. Estaba muerto de terror cuando vi aquello en la calle Magnolia. Probablemente no fue más que un perro callejero.

—Perro callejero —bufó Sirius en voz baja, algo molesto.


Alzó la mano de forma automática, e intentó alisarse el pelo.

—Es una batalla perdida —le respondió el espejo con voz silbante.

Algunos rieron ante eso mientras Harry se ruborizaba levemente.

· · ·



Al pasar los días, Harry empezó a buscar con más ahínco a Ron y a Hermione. 

Ambos le sonrieron.


Por aquellos días llegaban al callejón Diagon muchos alumnos de Hogwarts, ya que faltaba poco para el comienzo del curso. Harry se encontró a Seamus Finnigan y a Dean Thomas, compañeros de Gryffindor; en la tienda Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch, donde también ellos se comían con los ojos la Saeta de Fue­go; se tropezó también, en la puerta de Flourish y Blotts, con el verdadero Neville Longbottom, un muchacho despistado de cara redonda. Harry no se detuvo para charlar; Neville pa­recía haber perdido la lista de los libros, y su abuela, que te­nía un aspecto temible, le estaba riñendo. 


Varios rieron mientras Frank y Alice suspiraban.


Harry deseó que ella nunca se enterara de que él se había hecho pasar por su nieto cuando intentaba escapar del Ministerio de Magia.


Probablemente hubiese preferido que hubieses sido tu Neville Longbottom —dijo Neville con tristeza.


—No digas tonterías —dijo una voz detrás de Neville.

—¡Abuela! —exclamó Neville.

—¡Mama! —exclamó Frank al encontrarse cara a cara con Augusta Longbottom.

Augusta parpadeó un par de veces. Tenía ante ella a su hijo y la esposa de este. Ambos cuerdos y jovenes.

—¿Que... ¿Como... —preguntó mientras sus piernas temblaban.

Frank no pudo evitar sonreír. Se acercó a su madre y la abrazó, sujetándola para que no se cayera por lo que le temblaban las piernas y porque sabía que ella le habría echado de menos.

—Eh... Bueno, es simple de explicar pero no tanto de comprender —dijo Alice sin saber por donde empezar—. Venimos del pasado.

Augusta parpadeó varias veces de nuevo.

—Pero eso... Es imposible, ¿No?

—Mama, ¿El que estemos aquí no prueba que no es imposible? Aunque, bueno... Solo vamos a estar aquí un corto periodo de tiempo... —dijo algo triste sabiendo que su verdadero yo en esta época no podía ni cuidar de su hijo ni de su madre.

Augusta parpadeó varias veces de nuevo. Entonces abrió mucho los ojos, sin hacer nada durante unos segundos. Alzó su arrugada mano y la posó en las mejillas de su hijo.

—Frank... —cerró los ojos y soltó un largo suspiro. Y es que ella se había dado cuenta durante estos años de todas las cosas que, de ser posible, le habría gustado decirle a su hijo pero todas habían desaparecido de su mente. Bueno, todas menos una—. Tenéis un hijo increíble.

Alice y Frank sonrieron con orgullos.

—Por supuesto.

—Abuela, ¿Y tu como has llegado aquí?

—Oh, un par de jóvenes enmascarados me dijeron que iba a leer un libro sobre Harry Potter.

Dumbledore se levantó.

—Es un placer tenerla con nosotros, señora Longbottom —dijo con coresía.

—¡Oh, Albus! Sabes que puedes tutearme, ¡No por nada nos hemos estado viendo todos estos años! —dijo Augusta con una picara sonrisa.

Todos miraron a la abuela de Neville y a Dumbledore muy sorprendidos.

—¡Abuela! Vas a hacer que todos piensen mal —dijo Neville algo incomodo.

—Y que mas da —bufó Augusta—. Cuando tienes esta edad no puedes hacer muchas cosas como esta.

Frank negó con la cabeza, algo divertido aun y todo. Le cedió su asiento a su madre y se sentó en el de Alice, con ella sobre sus piernas.

—Bueno, no paréis por mi —dijo Augusta al muchacho que tenía un libro entre las manos.

El Hufflepuff asintió con la cabeza y siguió leyendo.

Harry despertó el último día de vacaciones pensando en que vería a Ron y a Hermione al día siguiente, en el expreso de Hogwarts. Se levantó, se vistió, fue a contemplar por últi­ma vez la Saeta de Fuego, y se estaba preguntando dónde co­mería cuando alguien gritó su nombre. Se volvió.

—¡Harry! ¡HARRY!

Allí estaban los dos, sentados en la terraza de la helade­ría Florean Fortescue. Ron, más pecoso que nunca; Hermione, muy morena; y los dos le llamaban la atención con la mano.

Los tres se sonrieron.


—¡Por fin! —dijo Ron, sonriendo a Harry de oreja a oreja cuando éste se sentó—. Hemos estado en el Caldero Chorrean­te, pero nos dijeron que habías salido, y luego hemos ido a Flou­rish y Blotts, y al establecimiento de la señora Malkin, y...

—Compré la semana pasada todo el material escolar. ¿Y cómo os enterasteis de que me alojo en el Caldero Cho­rreante?

—Mi padre —contestó Ron escuetamente.

Seguro que el señor Weasley, que trabajaba en el Minis­terio de Magia, había oído toda la historia de lo que le había ocurrido a tía Marge.

—En efecto —dijo el señor Weasley con una risita.


—¿Es verdad que inflaste a tu tía, Harry? —preguntó Hermione muy seria.

—Fue sin querer —respondió Harry, mientras Ron se partía de risa—. Perdí el control.

—No tiene ninguna gracia, Ron —dijo Hermione con se­veridad—. Verdaderamente, me sorprende que no te hayan expulsado.

—A mí también —admitió Harry—. No sólo expulsado: lo que más temía era ser arrestado. —Miró a Ron—: ¿No sa­brá tu padre por qué me ha perdonado Fudge el castigo?

—Probablemente, porque eres tú. ¿No puede ser ése el motivo? —Encogió los hombros, sin dejar de reírse—. El fa­moso Harry Potter. No me gustaría enterarme de lo que me haría a mí el Ministerio si se me ocurriera inflar a mi tía. Pero primero me tendrían que desenterrar; porque mi ma­dre me habría matado. 

Algunos rieron pero lo gemelos y Ginny asintieron de forma seria, aterrados con tan solo imaginar las consecuencias que tendría el que ellos inflaran a su tía.


De cualquier manera, tú mismo le puedes preguntar a mi padre esta tarde. ¡Esta noche nos alo­jamos también en el Caldero Chorreante! Mañana podrás venir con nosotros a King’s Cross. ¡Ah, y Hermione también se aleja allí!


La muchacha asintió con la cabeza, sonriendo.

—Mis padres me han traído esta mañana, con todas mis cosas del colegio.

—¡Estupendo! —dijo Harry, muy contento—. ¿Habéis comprado ya todos los libros y el material para el próximo curso?

—Mira esto —dijo Ron, sacando de una mochila una caja delgada y alargada, y abriéndola—: una varita mágica nueva. Treinta y cinco centímetros, madera de sauce, con un pelo de cola de unicornio. Y tenemos todos los libros. —Seña­ló una mochila grande que había debajo de su silla—. ¿Y qué te parecen los libros monstruosos? El librero casi se echó a llorar cuando le dijimos que queríamos dos.

—¿Y qué es todo eso, Hermione? —preguntó Harry, se­ñalando no una sino tres mochilas repletas que había a su lado, en una silla.

Muchos escucharon asombrados, ¿tres mochilas?

—Bueno, me he matriculado en más asignaturas que tú, ¿no te acuerdas? —dijo Hermione—. Son mis libros de Aritmancia, Cuidado de Criaturas Mágicas, Adivinación, Estu­dio de las Runas Antiguas, Estudios Muggles...

—¿Para qué quieres hacer Estudios Muggles? —pregun­tó Ron volviéndose a Harry y poniendo los ojos en blanco—. ¡Tú eres de sangre muggle! ¡Tus padres son muggles! ¡Ya lo sabes todo sobre los muggles!

—Pero será fascinante estudiarlos desde el punto de vis­ta de los magos —repuso Hermione con seriedad.

Lily asintió varias veces sonriendo, esa fue la razón por la que ella quiso cursar Estudios Muggles también.

—¿Tienes pensado comer o dormir este curso en algún mo­mento, Hermione? —preguntó Harry mientras Ron se reía.

Hermione no les hizo caso:

—Todavía me quedan diez galeones —dijo comprobando su monedero—. En septiembre es mi cumpleaños, y mis pa­dres me han dado dinero para comprarme el regalo de cum­pleaños por adelantado.

—¿Por qué no te compras un libro? —dijo Ron poniendo voz cándida.

—No, creo que no —respondió Hermione sin enfadarse—. Lo que más me apetece es una lechuza. Harry tiene a Hedwig y tú tienes a Errol...

—No, no es mío. Errol es de la familia. Lo único que poseo es a Scabbers. —Se sacó la rata del bolsillo—. Quiero que le hagan un chequeo —añadió, poniendo a Scabbers en la mesa, ante ellos—. Me parece que Egipto no le ha sentado bien.

Scabbers estaba más delgada de lo normal y tenía mus­tios los bigotes.

La respiración agitada de Sirius, Remus, Harry, Ron y Hermione pasó desapercibida para James y Lily.

—Ahí hay una tienda de animales mágicos —dijo Ha­rry, que por entonces conocía ya bastante bien el callejón Diagon—. Puedes mirar a ver si tienen algo para Scabbers. Y Hermione se puede comprar una lechuza.

Así que pagaron los helados, cruzaron la calle para ir a la tienda de animales.

No había mucho espacio dentro. Hasta el último centí­metro de la pared estaba cubierto por jaulas. Olía fuerte y había mucho ruido, porque los ocupantes de las jaulas chilla­ban, graznaban, silbaban o parloteaban. La bruja que había detrás del mostrador estaba aconsejando a un cliente sobre el cuidado de los tritones de doble cola, así que Harry, Ron y Hermione esperaron, observando las jaulas.

Un par de sapos rojos y muy grandes estaban dándose un banquete con moscardas muertas; cerca del escaparate brillaba una tortuga gigante con joyas incrustadas en el caparazón; serpientes venenosas de color naranja trepaban por las paredes de su urna de cristal; un conejo gordo y blan­co se transformaba sin parar en una chistera de seda y vol­vía a su forma de conejo haciendo «¡plop!». Había gatos de to­dos los colores, una escandalosa jaula de cuervos, un cesto con pelotitas de piel del color de las natillas que zumbaban ruidosamente y, encima del mostrador; una enorme jaula de ratas negras de pelo lacio y brillante que jugaban a dar sal­tos sirviéndose de la cola larga y pelada.

El cliente de los tritones de doble cola salió de la tienda y Ron se aproximó al mostrador.

—Se trata de mi rata —le explicó a la bruja—. Desde que hemos vuelto de Egipto está descolorida.

—Ponla en el mostrador —le dijo la bruja, sacando unas gruesas gafas negras del bolsillo.

Ron sacó a Scabbers y la puso junto a la jaula de las ra­tas, que dejaron sus juegos y corrieron a la tela metálica para ver mejor. Como casi todo lo que Ron tenía, Scabbers era de segunda mano (antes había pertenecido a su hermano Percy) y estaba un poco estropeada. Comparada con las flamantes ratas de la jaula, tenía un aspecto muy desmejorado.

—Hum —dijo la bruja, cogiendo y levantando a Scab­bers—, ¿cuántos años tiene?

—No lo sé —respondió Ron—. Es muy vieja. Era de mi hermano.

—¿Qué poderes tiene? —preguntó la bruja examinando a Scabbers de cerca.

—Bueenoooo... —dijo Ron.

(N.A. Bueno, tiene la habilidad "Traición" subida al máximo. Creo que gasto todos los puntos de cada nivel en subir esa. Le habría venido bien gastarse unos cuantos puntos en Inteligencia, carisma, ¡Y no digamos apariencia!)

La verdad era que Scabbers nunca había dado el menor indicio de poseer ningún poder que mereciera la pena. Los ojos de la bruja se desplazaron desde la partida oreja iz­quierda de la rata a su pata delantera, a la que le faltaba un dedo, y chascó la lengua en señal de reprobación.

—Ha pasado lo suyo —comentó la bruja.

—Ya estaba así cuando me la pasó Percy —se defendió Ron.

—No se puede esperar que una rata ordinaria, común o de jardín como ésta viva mucho más de tres años —dijo la bruja—. Ahora bien, si buscas algo un poco más resistente, quizá te guste una de éstas...

Señaló las ratas negras, que volvieron a dar saltitos. Ron murmuró:

—Presumidas.

Algunos soltaron una risita.

—Bueno, si no quieres reemplazarla, puedes probar a darle este tónico para ratas —dijo la bruja, sacando una pe­queña botella roja de debajo del mostrador.

—Vale —dijo Ron—. ¿Cuánto...? ¡Ay!

Ron se agachó cuando algo grande de color canela saltó desde la jaula más alta, se le posó en la cabeza y se lanzó contra Scabbers, bufando sin parar.

Hermione sonrió ante la aparición de Crookshanks.


—¡No, Crookshanks, no! —gritó la bruja, pero Scabbers salió disparada de sus manos como una pastilla de jabón, aterrizó despatarrada en el suelo y huyó hacia la puerta.

—¡Scabbers! —gritó Ron, saliendo de la tienda a toda velocidad, detrás de la rata; Harry lo siguió.

Tardaron casi diez minutos en encontrar a Scabbers, que se había refugiado bajo una papelera, en la puerta de la tienda de Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch. Ron volvió a guardarse la rata, que estaba temblando. Se es­tiró y se rascó la cabeza.

—¿Qué ha sido?

—O un gato muy grande o un tigre muy pequeño —res­pondió Harry.

—¿Dónde está Hermione?

—Supongo que comprando la lechuza.

Volvieron por la calle abarrotada de gente hasta la tien­da de animales mágicos. Llegaron cuando salía Hermione, pero no llevaba ninguna lechuza: llevaba firmemente sujeto el enorme gato de color canela.

—¿En serio? —preguntó James divertido.

—¿Has comprado ese monstruo? —preguntó Ron pas­mado.

—Es precioso, ¿verdad? —preguntó Hermione, rebosan­te de alegría.

Algunos rieron.

—Precioso dice, ¡Que tiene de precioso ese bicho grande y repelente! —bufó Ron.

—¿Que pasa? ¿Estás celoso? —preguntó Hermione divertida.

Ron volvió a bufar pero desvió la mirada de Hermione.

—Celoso dice, solo digo que tienes un gusto pésimo.

—Puede que tengas razón —dijo Hermione contemplando a Ron de arriba a abajo, entonces el pelirrojo cayó en la cuenta de lo que había dicho.

—Me refería a...

—Ya lo se, bobo —dijo Hermione riendo.

«Sobre gustos no hay nada escrito», pensó Harry. El pe­laje canela del gato era espeso, suave y esponjoso, pero el animal tenía las piernas combadas y una cara de mal genio extrañamente aplastada, como si hubiera chocado de cara contra un tabique. Sin embargo, en aquel momento en que Scabbers no estaba a la vista, el gato ronroneaba suavemen­te, feliz en los brazos de Hermione.

—¡Hermione, ese ser casi me deja sin pelo!

—No lo hizo a propósito, ¿verdad, Crookshanks? —dijo Hermione.

—¿Y qué pasa con Scabbers? —preguntó Ron, seña­lando el bolsillo que tenía a la altura del pecho—. ¡Necesita descanso y tranquilidad! ¿Cómo va a tenerlos con ese ser cerca?

—Eso me recuerda que te olvidaste el tónico para ratas —dijo Hermione, entregándole a Ron la botellita roja—. Y deja de preocuparte. Crookshanks dormirá en mi dormi­torio y Scabbers en el tuyo, ¿qué problema hay? El pobre Crookshanks... La bruja me dijo que llevaba una eterni­dad en la tienda. Nadie lo quería.

—Me pregunto por qué —dijo Ron sarcásticamente, mientras emprendían el camino del Caldero Chorreante. Encontraron al señor Weasley sentado en el bar leyendo El Profeta.

—¡Harry! —dijo levantando la vista y sonriendo—, ¿cómo estás?

—Bien, gracias —dijo Harry en el momento en que él, Ron y Hermione llegaban con todas sus compras.

El señor Weasley dejó el periódico, y Harry vio la foto­grafía ya familiar de Sirius Black, mirándole.

James sintió como Sirius volvía a mirarle, esperando alguna reacción por su parte. James le ignoró. El todavía no entendía que era lo que había pasado así que iba a intentar no hacer nada hasta no conocer mejor la situación.


Al parecer Lily pensaba lo mismo.

—¿Todavía no lo han cogido? —preguntó.

—No —dijo el señor Weasley con el semblante preocu­pado—. En el Ministerio nos han puesto a todos a trabajar en su busca, pero hasta ahora no se ha conseguido nada.

—¿Tendríamos una recompensa si lo atrapáramos? —pre­guntó Ron—. Estaría bien conseguir algo más de dinero...

Sirius bufó.

—No seas absurdo, Ron —dijo el señor Weasley, que, vis­to más de cerca, parecía muy tenso—. Un brujo de trece años no va a atrapar a Black. Lo cogerán los guardianes de Azka­ban. Ya lo verás.

Arthur tragó saliva, algo incomodo.

En ese momento entró en el bar la señora Weasley car­gada con compras y seguida por los gemelos Fred y George, que iban a empezar quinto curso en Hogwarts, Percy, último Premio Anual, y Ginny, la menor de los Weasley.

Ginny, que siempre se había sentido un poco cohibida en presencia de Harry, parecía aún más tímida de lo normal. Tal vez porque él le había salvado la vida en Hogwarts durante el último curso. 

Harry vio como Ginny asentía con la cabeza sin mirarle. 


Ginny volvía a estar algo timida, bueno, aun no había dejado de estarlo completamente pero estaba mejorando. Aunque todos los acontecimientos recientes no ayudaban. El hecho de que en alguna ocasión Harry había estado cerca de besarla, que una carta del futuro afirmaba que Harry acabaría con una pelirroja, que ambos habían pasado una noche juntos de la mano, y que Harry tenía un golpe en la cabeza, un golpe que pudo haber causado por la propia cabeza de Ginny no ayudaba en absoluto a que Ginny dejará de pensar en Harry y, a este paso, no podría dejar del todo la vergüenza completamente a un lado.


Se puso colorada y murmuró «hola» sin mirarlo. Percy, sin embargo, le tendió la mano de manera solemne, como si él y Harry no se hubieran visto nunca, y le dijo:


—Es un placer verte, Harry.

Algunos rieron mientras Percy enrojecía.


—Hola, Percy —contestó Harry, tratando de contener la risa.

—Espero que estés bien —dijo Percy ceremoniosamente, estrechándole la mano. Era como ser presentado al alcalde.

—Muy bien, gracias...

—¡Harry! —dijo Fred, quitando a Percy de en medio de un codazo, y haciendo ante él una profunda reverencia—. Es estupendo verte, chico...

—Maravilloso —dijo George, haciendo a un lado a Fred y cogiéndole la mano a Harry—. Sencillamente increíble.


Las risas aumentaron.

Percy frunció el entrecejo.

—Ya vale —dijo la señora Weasley.

—¡Mamá! —dijo Fred, como si acabara de verla, y tam­bién le estrechó la mano—. Esto es fabuloso...

Y crecieron mas todavía.

—He dicho que ya vale —dijo la señora Weasley, deposi­tando sus compras sobre una silla vacía—. Hola, Harry, cariño. Supongo que has oído ya todas nuestras emocionantes noticias. —Señaló la insignia de plata recién estrenada que brillaba en el pecho de Percy—. El segundo Premio Anual de la familia —dijo rebosante de orgullo.

Percy alzó la cabeza con orgullo.


—Y último —dijo Fred en un susurro.

—De eso no me cabe ninguna duda —dijo la señora Weasley, frunciendo de repente el entrecejo—. Ya me he dado cuenta de que no os han hecho prefectos.

—¿Para qué queremos ser prefectos? —dijo George, a quien la sola idea parecía repugnarle—. Le quitaría a la vida su lado divertido.

Ginny se rió.

—¿Quieres hacer el favor de darle a tu hermana mejor ejemplo? —dijo cortante la señora Weasley.

—Ginny tiene otros hermanos para que le den buen ejemplo —respondió Percy con altivez—. Voy a cambiarme para la cena...

Se fue y George dio un suspiro.

—Intentamos encerrarlo en una pirámide —le dijo a Harry—, pero mi madre nos descubrió.

Algunos rieron nuevamente.



Aquella noche la cena resulto muy agradable. Tom, el taber­nero, junto tres mesas del comedor; y los siete Weasley, Harry y Hermione tomaron los cinco deliciosos platos de la cena.

—¿Cómo iremos a King’s Cross mañana, papá? —pre­guntó Fred en el momento en que probaban un suculento pudín de chocolate.

—El Ministerio pone a nuestra disposición un par de co­ches —respondió el señor Weasley.

Algunos fruncieron el ceño, extrañados.


Todos lo miraron.

—¿Por qué? —preguntó Percy con curiosidad.

—Por ti, Percy —dijo George muy serio—. Y pondrán banderitas en el capó, con las iniciales «P. A.» en ellas...

—Por «Presumido del Año» —dijo Fred.

El comedor se llenó de carcajadas mientras Percy fulminaba a los gemelos.


Todos, salvo Percy y la señora Weasley, soltaron una car­cajada.

—¿Por qué nos proporciona coches el Ministerio, padre? —preguntó Percy con voz de circunstancias.

—Bueno, como ya no tenemos coche, me hacen ese favor; dado que soy funcionario.

Lo dijo sin darle importancia, pero Harry notó que las orejas se le habían puesto coloradas, como las de Ron cuando se azoraba.

Ambos enrojecieron en este momento.

—Menos mal —dijo la señora Weasley con voz firme—. ¿Os dais cuenta de la cantidad de equipaje que lleváis entre unos y otros? Qué buena estampa haríais en el metro mug­gle... Lo tenéis ya todo listo, ¿verdad?

—Ron no ha metido aún las cosas nuevas en el baúl —dijo Percy con tono de resignación—. Las ha dejado todas encima de mi cama.

—Lo mejor es que vayas a preparar el equipaje, Ron, porque mañana por la mañana no tendremos mucho tiempo —le reprendió la señora Weasley.

Ron miró a Percy con cara de pocos amigos.

Después de la cena todos se sentían algo pesados y ador­milados. Uno por uno fueron subiendo las escaleras hacia las habitaciones, para ultimar el equipaje del día siguiente. La habitación de Ron y Percy era contigua a la de Harry. Aca­baba de cerrar su baúl con llave cuando oyó voces de enfado a través de la pared, y fue a ver qué ocurría.

La puerta de la habitación 12 estaba entreabierta, y Percy gritaba.

—Estaba aquí, en la mesita. Me la quité para sacarle brillo.

—No la he tocado, ¿te enteras? —gritaba Ron a su vez.

—¿Qué ocurre? —preguntó Harry.

—Mi insignia de Premio Anual ha desaparecido —dijo Percy volviéndose a Harry.

Ginny suspiró, estaba claro que habían sido Fred y George.


—Lo mismo ha ocurrido con el tónico para ratas de Scabbers —añadió Ron, sacando las cosas de su baúl para comprobarlas—. Puede que me lo haya olvidado en el bar...

—¡Tú no te mueves de aquí hasta que aparezca mi insig­nia! —gritó Percy.

—Yo iré por lo de Scabbers, ya he terminado de preparar el equipaje —dijo Harry a Ron.

Ron le miró agradecido.

Harry se hallaba en mitad de las escaleras, que estaban muy oscuras, cuando oyó dos voces airadas que procedían del comedor. Tardó un segundo en reconocer que eran las de los padres de Ron. Se quedó dudando, porque no quería que ellos se dieran cuenta de que los había oído discutiendo, y el sonido de su propio nombre le hizo detenerse y luego acer­carse a la puerta del comedor.

—No tiene ningún sentido ocultárselo —decía acalora­damente el señor Weasley—. Harry tiene derecho a saberlo. He intentado decírselo a Fudge, pero se empeña en tratar a Harry como a un niño. Tiene trece años y...

—¡Arthur, la verdad le aterrorizaría! —dijo la señora Weasley en voz muy alta—. ¿Quieres de verdad enviar a Harry al colegio con esa espada de Damocles? ¡Por Dios, está muy tranquilo sin saber nada!

—¿Que... ¿Que pasa? —preguntó Lily asustada.

—No quiero asustarlo, ¡quiero prevenirlo! —contestó el señor Weasley—. Ya sabes cómo son Harry y Ron, que se es­capan por ahí. Se han internado en el bosque prohibido dos veces. ¡Pero Harry no debe hacer lo mismo en este curso! ¡Cada vez que pienso lo que podía haberle sucedido la otra noche, cuando se escapó de casa...! Si el autobús noctámbulo no lo hubiera recogido, me juego lo que sea a que el Ministerio lo hubiera encontrado muerto.

—¿Que? —preguntó James con los ojos muy abiertos.

—Pero no está muerto, está bien, así que ¿de qué sirve...?

—Molly: dicen que Sirius Black está loco, y quizá lo esté, pero fue lo bastante inteligente para escapar de Azkaban, y se supone que eso es imposible. Han pasado tres semanas y no le han visto el pelo. Y me da igual todo lo que declara Fud­ge a El Profeta: no estamos más cerca de pillarlo que de in­ventar varitas mágicas que hagan los hechizos solas. Lo úni­co que sabemos con seguridad es que Black va detrás...

—Espera, espera, espera —dijo James poniéndose de pie—. ¿De que va todo esto? ¿Estáis diciendo que Sirius quiere matar a Harry? ¿Se os a ido la olla?


Sirius bajó la cabeza al mismo tiempo que Arthur y Molly.

—Pero Harry estará a salvo en Hogwarts.

—Pensábamos que Azkaban era una prisión completa­mente segura. Si Black es capaz de escapar de Azkaban, será capaz de entrar en Hogwarts.

—Pero nadie está realmente seguro de que Black vaya en pos de Harry...

—¿Porque iba a ir detrás de Harry? —preguntó Lily levantándose también.


Se oyó un golpe y Harry supuso que el señor Weasley ha­bía dado un puñetazo en la mesa.

—Molly, ¿cuántas veces te tengo que decir que... que no lo han dicho en la prensa porque Fudge quería mantenerlo en secreto? Pero Fudge fue a Azkaban la noche que Black se escapó. Los guardias le dijeron a Fudge que hacía tiempo que Black hablaba en sueños. Siempre decía las mismas pa­labras: «Está en Hogwarts, está en Hogwarts.» Black está loco, Molly, y quiere matar a Harry. Si me preguntas por qué, creo que Black piensa que con su muerte Quien Tú Sabes volvería al poder. Black lo perdió todo la noche en que Harry detuvo a Quien Tú Sabes. Y se ha pasado diez años solo en Azkaban, rumiando todo eso...

Arthur tragó saliva sin levantar la vista del suelo.


James soltó una extraña carcajada llena de incompresible, y es que no entendía nada de nada, ¿Sirius en Azkaban? ¿Seguidor de Voldemort? ¿Que había escapado para matar a Harry? ¡Que demonios estaba pasando!

Se hizo el silencio. Harry pegó aún más el oído a la puerta.

—Bien, Arthur. Debes hacer lo que te parezca mejor. Pero te olvidas de Albus Dumbledore. Creo que nada le po­dría hacer daño en Hogwarts mientras él sea el director. Su­pongo que estará al corriente de todo esto.

—Por supuesto que sí. Tuvimos que pedirle permiso para que los guardias de Azkaban se apostaran en los acce­sos al colegio. No le hizo mucha gracia, pero accedió.

—¿No le hizo gracia? ¿Por qué no, si están ahí para atra­par a Black?

—Dumbledore no les tiene mucha simpatía a los guar­dias de Azkaban —respondió el señor Weasley con disgus­to—. Tampoco yo se la tengo, si nos ponemos así... Pero cuan­do se trata con alguien como Black, hay que unir fuerzas con los que uno preferiría evitar.

La risa de James no cesaba y Lily comenzó a reir de manera similar también. Todo esto parecía una broma cruel, pasada y siniestra.

—Si salvan a Harry...

—En ese caso, no volveré a decir nada contra ellos —dijo el señor Weasley con cansancio—. Es tarde, Molly. Será me­jor que subamos...

Harry oyó mover las sillas. Tan sigilosamente como pudo, se alejó para no ser visto por el pasadizo que conducía al bar.

La puerta del comedor se abrió y segundos después el rumor de pasos le indicó que los padres de Ron subían las es­caleras.

La botella de tónico para las ratas estaba bajo la mesa a la que se habían sentado. Harry esperó hasta oír cerrarse la puerta del dormitorio de los padres de Ron y volvió a subir por las escaleras, con la botella.

Fred y George estaban agazapados en la sombra del re­llano de la escalera, partiéndose de risa al oír a Percy po­niendo patas arriba la habitación que compartía con Ron, en busca de la insignia.

—La tenemos nosotros —le susurró Fred al oído—. La hemos mejorado.

En la insignia se leía ahora: Premio Asnal.

El comedor se llenó de risas, lo cual fue un alivio porque James y Lily dejaron esa risa desagradable.

Harry lanzó una risa forzada. Le llevó a Ron el tónico para ratas, se encerró en la habitación y se echó en la cama.

Así que Sirius Black iba tras él. Eso lo explicaba todo. Fudge había sido indulgente con él porque estaba muy con­tento de haberlo encontrado con vida. Le había hecho prome­ter a Harry que no saldría del callejón Diagon, donde había un montón de magos para vigilarle. Y había mandado dos coches del Ministerio para que fueran todos a la estación al día siguiente, para que los Weasley pudieran proteger a Harry hasta que hubiera subido al tren.

Harry estaba tumbado, escuchando los gritos amorti­guados que provenían de la habitación de al lado, y se pre­guntó por qué no estaría más asustado. Sirius Black había matado a trece personas con un hechizo; los padres de Ron, obviamente, pensaban que Harry se aterrorizaría al ente­rarse de la verdad. Pero Harry estaba completamente de acuerdo con la señora Weasley en que el lugar más seguro de la Tierra era aquel en que estuviera Albus Dumbledore. ¿No decía siempre la gente que Dumbledore era la única persona que había inspirado miedo a lord Voldemort? ¿No le daría a Black, siendo la mano derecha de Voldemort, tanto miedo como a éste?

—Nah —dijo Sirius—. Yo no le tengo miedo al viejo Dumby.


Y además estaban los guardias de Azkaban, de los que hablaba todo el mundo. La mayoría de las personas les tenían un miedo irracional, y si estaban apostados alrededor del co­legio, las posibilidades de que Black pudiera entrar parecían muy escasas. No, en realidad, lo que más preocupaba a Harry era que ya no tenía ninguna posibilidad de que le permitieran visitar Hogsmeade. Nadie querría dejarle abandonar la segu­ridad del castillo hasta que hubieran atrapado a Black; de he­cho, Harry sospechaba que vigilarían cada uno de sus movi­mientos hasta que hubiera pasado el peligro.

Arrugó el ceño mirando al oscuro techo. ¿Creían que no era capaz de cuidar de sí mismo? Había escapado tres veces de lord Voldemort. No era un completo inútil...

—Pero Harry... —dijo Molly—. Solo tenías trece años...

Harry se encogió de hombros.

—Y ese era un pensamiento normal de un niño de trece años —dijo simplemente.

Sin querer; le vino a la mente la silueta animal que ha­bía visto entre las sombras en la calle Magnolia. Qué hacer cuando sabes que se acerca lo peor...

—No me van a matar —dijo Harry en voz alta.

—Así me gusta, amigo —contestó el espejo con voz soño­lienta.

Algunos sonrieron levemente.


—Aquí acaba —dijo el joven Hufflepuff.


—Yo leeré ahora —dijo Tonks levantándose con energía. Cogió el libro y leyó en voz alta—. El dementor.




Bueno, sin más, el capitulo a sido bastante mediocre. Y sí, he metido a Augusta porque a mi mente le ha dado la gana, ni siquiera se que hacer con ella, ¿Que pinta aquí ahora? ¿si hasta el quinto libro no hacía falta? Bueno, ya se verá.

El Lunes 6 iré a un medico al que no ido nunca. Mi madre esta todavía preocupada por mis problemas para dormir y todos a los que hemos ido se limitan a decir "Pastillas", y yo no quiero tomar pastillas. Y mi madre me apoya. El último al que fui me dijo "Ejercicio". Y bueno, desde entonces hago ejercicio todos los días, lo que hace que, por extrañas razones, este de mejor humor, aunque realmente no me ayuda demasiado con lo de dormir. Aunque si hago ejercicio justo antes de dormir si que me siento mas cansado y no pienso tanto (que es uno de los problemas que tengo para dormir). A ver que dice este, si dice "Pastillas" pienso comprarlas para meterselas por el... ¿Ombligo? Da igual, al menos ahora tengo menos ojeras aunque mi madre es la única persona en el mundo que se niega a admitirlo, sigue diciendo que "Tal vez haya menos, pero sigue sin ser bueno. Tienes que dormir" ¡Como si hiciera falta que me lo dijera! Yo soy el primero que quiere dejar de dormir en clase. Bueno, menos en alguna xD.


Vaya, ahora son casi las 3, que locura.


Ya me callo.


(O no...)


Venga si.


(O no...)


Bye!




23 comentarios :

  1. Olaaa¡! Me encanto el capitulo ciertamente fue una sorpresa ver a la abuela de Nevil pero tbn es justo k este alli asi al menos puede estar mas tiempo con su hijo y su nuera
    Yo tbn tengo fleje de problemas para dormir y tpc me tomo ninguna pastilla ya k la ultima vez k me tome una k me dio mi madre pa ver si me funcionaba me dio un ataque de ansiedad asi k te apoyo en no tomar pastilla lo k yo te recomiendo es escuchar música relajante o ponerte a leer las cosas más aburridas del mundo como libros de colegio o leyes o cosas de esas o ver algún programa aburrido seguro k asi te ledas dormido a mi me suele funcionar y si eso no funciona pos crea un mundo de fantasía en tu mente te inventas los personajes y todo eso
    Espero k esto te sirva de algo
    Un saludo
    Lirablack

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  2. ¡Vaya! Que estamos en las mismas, ¿qué es dormir? En mi caso estoy tomando antidepresivos que me han dado insomnio, he probado con ejercicio en la tarde (y sexo antes de dormir, debería ayudar, no? xD) pero solo consigo dormir unas dos o tres horas. El otro día me desperté a las 3:00 am, me fui a comprar un chocolate caliente enorme y me quede sentada en unos culumpios hasta que amaneció, el resto del día lo pasé en modo zombi. No quiero pastillas porque simplemente no quiero tener que depender de un montón de pepas para mantenerme.

    Una duda que he tenido: ¿Qué pasa con Voldemort entrando en la mente de Harry? ¿No podría enterarse de los libros al entrar en su mente?. Digo, en el quinto libro es cuando Dumbledore decide distanciarse de Harry por temor de que Voldemort conozca que tiene una relación bastante más cercana que la de alumno-director... sólo digo.

    ¡Saludos!

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  3. Hola Dait! ^^ A ver a ver... ha sido raro que metieras ya a la abuela de Neville, la verdad es que el reencuentro me ha parecido un poco forzado :/ bueno, no exactamente forzado, simplemente ha sido muy raro... en un caso así cualquiera esperaría que el encuentro fuera más... emotivo? sería bueno que durante los siguientes capítulos les des un poquito más de protagonismo, aunque sea una sola línea de la abuela de neville asimilando que tiene al lado a su hijo... la situación es delicada y creo que se merece más protagonismo ^^ así se compensaría lo raro de este cap porque se le podría atribuir a que la abuela está medio en shock xD me ha encantado el comentario de la abuela, "no por nada nos hemos estado viendo todos estos años!" xD por su culpa pensé muuuy mal...
    Cada vez que mencionan a scabbers pienso "ojalá crookshanks se lo comiera" >.< pero si lo hubiera hecho no habrían podido demostrar la verdad así que mejor que sobreviva... y que sufra >:D
    He visto un pequeño fallo: al final has puesto 15 años y son 13 los que tiene harry en el libro. Es una tontería pero me llamó la atención ^^;;
    La gente suele decir que si no puedes dormir escuches música relajante, pero a mí eso nunca me funciona. Puedes probar a tomarte una manzanilla o una tila calentita, o haz lo que dice Lirablack (que es lo que hago yo), inventa un mundo en tu mente con los personajes y todo o usa personajes que ya existan de libros o series que te gusten e imagínate sus aventuras, no sé, echa a volar la imaginación xD relaja bastante y si no te duermes, al menos no te aburres en la cama xD (eso ha sonado un poco mal o me lo parece a mí?... solo me lo parece a mí?... ok xD). Sobre todo lo mas importante es estar cansado, así que sigue con el deporte y haz muchas cosas durante el día, y no duermas durante el día, así de noche sí que podrás hacerlo ^^
    Hasta el martes! ^^ LaurieAngel

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  4. Konichiwua!!!!
    Espero q te mejores, en mi caso duermo 6 horas pero me qdo 2 calientita en la cama, pero al menos dueermo, el mes pasado solo dormia 3 horas por pesadillas y no es muy sano teniendo el hecho de q hago natacion-taekwondo-hamball-boxeo-kig boxin.cuido niños los sabados y no olvidemos la escuela muggle :/
    Por lo q quizas te sirve, pon un baso con agua y arriba una tijera abierta debajo de tu cama, me lo dio un amigo de mi papa y deje de tener peesadillaas y durmo tranqii uizas te funcione no lo se pero no pierdes nada con intentar...
    Por el tema adorable...cumplo 10 de 13 pero dudo q amenazar a tus compañeros cuando no te dan chocolate sea muy adorable q digamos.
    Bien el cap. Me gusto la presencia a la abuela de Neville, tiene derecho a ver a su hijo no crees?
    En verdad me conmovio el reencuentro padre e e hijo.Fue muy conmovedor se me salio una lagrima.
    Me gusta la confianza de James hacia Sirius es mu especial esa amistad y que se separen de esa forma es tan triste *se me callo otra lagrima literalmente* hoy estoy muy blanducha asi q eso es todo ñ.ñ
    Besos sabor a Canuta la Cazadora Merodeadora

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  5. chamo debo de sir pastillas enserio solo ponte de un lado y ve si te duermes a si ago yo yo cumpli 14 ayer el martes no podrias darme un doble cap como regalo de cumple porfi siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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  6. el capi me ha gustado mucho, sobretodo la risa histérica de james.
    pd: una recomendación para tus problemas de dormir, toma valeriana, a mi me pasaba lo mismo no conseguía dormirme por la noche y luego por la mañana me dormía en clase, mi doctora de cabecera me dijo que tomara valeriana en pastillas, yo tomo unas que se llaman valeriana leo, la caja de 80 no sale cara, yo me tomo 2 comprimidos 1 hora y media antes de irme a dormir y duermo bastante bien, lo que si me dijo la farmacéutica es que cada 3-4 meses descansara 1 mes de tomarlas porque la valeriana puede provocar adicción y luego es cuando no puedes dormir sin tomarlas o ampliar la dosis

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  7. Phoenix1993
    Me encanta estoy deseando que llegue el martes cuidateee te quiero

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  8. hola me gusto este capitulo y esperare al próximo quiero ver las reacciones a lupin.
    para dormir te recomiendo tomar un jugo de lavanda, manzana y magnesol (el magnesol es solo magnesio que viene en sobres de 2g no se si abra allá en esa presentación pero puedes preguntar en la farmacia) es muy bueno y natural también te recomendaria practicar meditación o como diría Snape limpiar tu mente antes de dormir.

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  9. Hola!
    No veas como cuesta esperar cada capítulo, sobretodo cuando te aburres y no tienes nada para leer.

    Respecto a tu problema para dormir, un día lei que leche calentita con oregano te ayuda a relajarte y dormir. Nunca lo he probado, asi que realmente no se si sera verdad.Espero que pronto encuentres solucion.

    Me sigue encantando tu historia. La aparición de la abuela de Neville fue toda una sorpresa.
    Estoy deseando saber la reacción de todo el mundo (sobretodo Lily y James) cuando descubran toda la verdad sobre Colagusano.

    Esperare impaciente el siguiente capítulo, ¡ya llega Remus Lupin!
    Un saludin, isiita.

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  10. iguaal que tu, yo tampoco duermo, incluso en varias ocasiones no duermo asta dos dias despues, y aunque no quiera admitirlo eso me hace sentirme como L de death note, ah pero eso si ya me diero la cura perfecta, aunque es un poco loco lo que me dieron mi propia familia y amigos que me dijeron que de verdad ayuda........... Marihuana, eso es lo que fumo, pero eso si no soy un maldito adicto, solo lo ago porque de verdad necesito dormir, incuso mi prima que es enfermera me dijo que no es tan malo siempre y cuando lo sepa manejar. lo bueno es que eh molestado a mis amigos que no les gustan esa clases de cosas y les juego bromas diciendo que alucino y que veo cosas extrañas en varias ocasiones... jajajajaja me parto solo de verlos poner sus caras. jajajajaja byebye se despide TheDarkAngel muajajajaja estoy loco.

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  11. comprendo a la perfeccion la preocupación de Lily por el hecho de que Harry estuviese viviendo el solo con tan solo trece años, si bien es cierto que técnicamente no lo estaba porque le estaban vigilando a modo de mantenerlo seguro a efectos practicos si que lo estaba, y que un niño de trece años se quede solo en casa unas horas pase, pero que lo haga días... ahí la cosa ya cambia un poquito. Aunque a decir verdad, Harry es mucho más maduro que cualquier otro de su edad, si hasta los adultos que se supone que tienen mayor madurez, no son capaces de tener tanto autocontrol como para evitar gastarse el dinero en algo supercaro.

    La aparición de Augusta ha sido simplemente genial, una idea muy brillante aunque por el momento no parezca ser un personaje demasiado útil; y el comentario que le hace a Albus Dumbledore, jeje, se presta a muchas interpretaciones.

    Puede que la risa de Lily y James respecto a lo que plantea el libro sobre Sirius, sea molesta, pero en cierto modo, es normal que se rían así ¿no?

    lympho

    P.D: he firmado el comentario para manifestar que soy un comentarista ocasional de cuando escribías en fanfiction, aunque creo que por el Nick podía sobreentenderse

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  12. Genial!!! El próximo capitulo sera interesante... el dementor... la voz de Lily... Remus!! :D Me encanta la historia, una duda, que sucede con los dolores de cabeza de Harry y su conexión con voldemort?

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  13. Me gusto bastante este capitulo!
    Estoy deseando el siguiente... La verdad es que me gusta mucho ese capitulo... xD

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  14. Hola¡¡¡¡. gran capitulo jejeje. me ha gustado mucho y si, no hay ley que me prohiba hacer lo que quiero asi que hare lo que me gusta. nos vemos en el siguiente

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  15. Y ahora que hago yo (va me sonó a canción) tengo que esperar al siguiente capitulo con la angustia de saber como enfrentara mi amor toda la abalancha de preguntas insistentes que haran James y Lily
    Algo que no entendi es por que dices que el capitulo fue mediocre a mi me encanto ...sera que te da el mal del escritor (a mi me da con frecuencia, preguntale a las tres historias que tengo sin terminar )
    Bueno !!! te dejo tengo que dormir antes de que me cachen en la compu y me den la regañada de mi vida !!!nos leemos en el que sigue

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  16. Hola holaaaaa estoy muy contenta de poder leer esto de nuevoooooo a pesar de que puede que no deje diempre comentarios. ya se verá...

    sigue gustandome mucho. animo

    Athena-Black13

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  17. me encanta este libro!! :)
    Sirius es genial, lo amo<3
    tengo ganas de que se descubra toda la historia, aunque va a ser un golpe muy duro para Lily y James, en especial para James
    tengo ganas de que vean los efectos de los dementores en Harry, sera muy impactante
    bueno, sólo decirte que tan perfecto como siempre;)
    besos, Nuria13C
    PD: no debería Harry apoyar un poco a Sirius? digo, es casi como su padre, seria muy tierno verlos a los dos juntos (junto con James, Lily y Remus por supuesto -y añadir a Ginny por allí ni estaría mal :D)
    PD2: creo que haces bien con el tema de las pastillas, el deporte es una buena salida. lo que hago cuando no puedo dormirme -lo que viene siendo casi siempre- es o leer algo sumamente aburrido (suele funcionar) o empezar a pasear por la casa (cuidado no te comas ningún mueble (eso me suele pasar a mí (torpeza)). cosas como contar malditas ovejas no funcionan

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  18. me gusto mucho espero la conti te la rifaste

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  19. Hola!! creo que hasta ahorita no te habia saludo XD lo siento es que me encantan tus capitulos y se me olvida el saludo XD te quedo excelente, cuando entro la abuela de Neville me acorde que el boggart de Neville es Snape vestido como su abuela =D jajaja, estoy esperando a vr como reacciona la abuela jajaja y bueno yo tengo el problema contrario al tuyo, jeje bueno para mi no es problema ya que me encanta dormir y puedo dormirme mucho tiempo y en cualquier momento del dia y seguir de corrido toda la noche =) aunque este fin de semana por leer el libro e iniciar el dia de hoy con el libro 3 me he dormido muy tarde pero hoy descansare para poder leer mañana el siguiente capitulo =D pero bueno, a algunas personas les funciona el escuchar musica y se quedan dormidos lo haz intentado?? bueno de todas formas suerte co eso vale y espero ansiosa el siguiente capitulo =D es mi meta el dia de mañana =) cuidate y saluditos =)

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  20. Holaaaa dait :)
    Hoy te mando el review condenadamente tarde. Tengo examen de historia mañana -_-
    Bueno bueno, pasando al tema que nos interesa :3
    El capitulo de hoy a estado genial.
    Yo tampoco capte mucho de donde salio augusta pero el reencuentro fue lindo *-* ella enserio esta orgullosa de su nieto (aun me parece un tanto loca pero me cae mejor, antes como que le tenia algo de bronca, es que neville era súper adorable y el pobre pensaba que ella no lo quería)
    James debe estar a punto de un paro cardiaco, sirius es su mejor amigo casi hermano, obviamente se le va a ser imposible que el quiera matar a harry, sobretodo por que sabe que sirius en serio quiere a harry.
    Porfiiiin van a llegar los dementores y la entrada triunfal de remus (yeiiiii!!!>u<)/e estado esperando este capitulo hace tanto :")
    Gracias por mantener la llama de la esperanza encendida :') jamas habían llegado tan lejos...
    Ya quiero ver-leer como van a actuar James y lily con lo de los dementores.
    Y aun mas, que dirán cuando sepan que remus en realidad no le contó casi nada de ellos, nunca me parecio que remus fuera tan... Como decirlo... Lejano? a harry, siendo que James era también su mejor amigo, me hubiera gustado un poco mas de interacción sentimal o algo así (eso es lo único que le recrimino a jk, aparte de la muerte de sirius y dobby y fred y TnT (creo que se entendió el punto...))
    Bueno, nos leemos mañana :)
    Xoxo
    Pd: ojalá que estés mejor con eso del sueño :) intenta escuchar música relajante (escuche que eso funciona para quedarse dormido) depende de cada persona claro, a mi no me funcionaria porque no puedo dormir con música jajjaja :3 pero no se pierde nada con probar.
    Pd2: quiero drama!!!
    Pd3: la vida es deprimente en parciales :'(
    Midnight027

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  21. Genial, ahora a ver como reaccionan al ver a harry con los dementores

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  22. ¡Buenas!
    ¿Me extraño?
    Nah, a quién engaño seguro ni te diste cuenta que falte en el último capítulo Hahaa. En fin, la verdad el fin de semana se me pasó tan rápido que olvide por completo la actualización. Tuve mucho tiempo para pensar luego de la cita con la psicóloga...
    ¿Qué te puedo decir al respecto? Según ella yo soy la única que tengo la solución a los posibles conflictos que tengo en mi vida...así que soy yo la que tiene que tomar acciones y hacer lo que considere mejor. ¿Es bastante obvio no? Ella solo actuará como medio y me permite sacar todas las inseguridades y cosas que no me dejan continuar...
    Así que he estado pensando en ¿cuál es el mejor método para liberar ciertas cosas que me pasan? Además, tengo que verla cada 8 días. Siendo sincera la mujer me cae muy bien; como dijiste ella se sentó a escuchar y me decía su opinión cada cierto tiempo. Es una mujer ya madura y bastante amable. Me inspiro mucha confianza desde que me saludo y al parecer no es arrogante, así que estoy segura que con el tiempo me lograra ayudar. El único problema que tengo es que es demasiado cara. Cada cita cuesta más de 30 dólares. ¿Así de caro cobran en tu país? Podría permitirme ir al de la universidad, pero las citas son cada dos meses así que no me ayudaría mucho...
    En fin.
    El capítulo me gusto a pesar de que te quejaras del mismo. Además tiene la escritura de J.K así que ninguno al final será aburrido (esa es mi forma de dar ánimos; si escribes pésimo siempre tendrás a la maravillosa escritora que te respalde. Soy buena gente ¿eh? :v).
    Cada vez James y Lily están más sorprendidos ¡cuando se enteren que él los entrego van a morir! No sé si James seguirá confiando tanto eh...
    ¡Adoro al gato de Hermione! Es adorable, no sé porque todos se quejan tanto de él. Es una bola preciosa. Quiero uno así cuando sea mayor.
    Bueno, ya esta muy largo y todavía me falta comentar el último capítulo.
    ¡Lo leo más tarde joven de mente prodigiosa!
    Por cierto en el siguiente comentario tendré que hablar de lo de su sueño...Se me había pasado.
    Besos,
    AG

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