jueves, 25 de septiembre de 2014

El autobús Noctámbulo


¡Que de comienzo... el capítulo! (poner la voz de Dumby en la primera peli cuando dice "¡Que de comienzo... la ceremonia!"

Todos los personajes y las palabras en negrita pertenecen a J.K. Rowling.

EL AUTOBÚS NOCTÁMBULO

—Bien —dijo Draco carraspeando varias veces, para tranquilizarse un poco—. El autobús noctámbulo.

El estomago de Neville se revolvió al escuchar el nombre del capitulo, y es que él solo había montado una vez en ese autobús, pero una vez había sido suficiente para que supiera que no quería volver a hacerlo.

Después de alejarse varias calles, se dejó caer sobre un muro bajo de la calle Magnolia, jadeando a causa del esfuerzo. Se quedó sentado, inmóvil, todavía furioso, escuchando los lati­dos acelerados del corazón. Pero después de estar diez minu­tos solo en la oscura calle, le sobrecogió una nueva emoción: el pánico. De cualquier manera que lo mirara, nunca se había encontrado en peor apuro. Estaba abandonado a su suerte y totalmente solo en el sombrío mundo muggle, sin ningún lu­gar al que ir. 
Y lo peor de todo era que acababa de utilizar la magia de forma seria, lo que implicaba, con toda seguridad, que sería expulsado de Hogwarts.


—Es cierto —dijo Lily procupada—. Te dijeron que si volvías a hacer magia te expulsarían.

—Pero él no había hecho magia —se quejó James—. Había sido Dobby.

Dobby se removió en su asiento.

—Dobby lo siente mucho, señor...

—No tienes la culpa, Dobby —dijo Harry ya cansado de repetirlo.

Había infringido tan gra­vemente el Decreto para la moderada limitación de la bruje­ría en menores de edad que estaba sorprendido de que los representantes del Ministerio de Magia no se hubieran pre­sentado ya para llevárselo.

Le dio un escalofrío. Miró a ambos lados de la calle Mag­nolia. ¿Qué le sucedería? ¿Lo detendrían o lo expulsarían del mundo mágico? Pensó en Ron y Hermione, y aún se entriste­ció más. Harry estaba seguro de que, delincuente o no, Ron y Hermione querrían ayudarlo, 


—Por supuesto —dijeron ambos con una sonrisa.

Se miraron divertidos, por haber coincidido, y se quedaron varios segundos sonriéndose como idiotas sin decir nada. Enamorados.

pero ambos estaban en el ex­tranjero, y como Hedwig se había ido, no tenía forma de co­municarse con ellos.

Algunos suspiraron, ¿Que podía hacer Harry?

Tampoco tenía dinero muggle. Le quedaba algo de oro mágico en el monedero, en el fondo del baúl, pero el resto de la fortuna que le habían dejado sus padres estaba en una cáma­ra acorazada del banco mágico Gringotts, en Londres. Nunca podría llevar el baúl a rastras hasta Londres. A menos que...

Muchos tragaron saliva, este era el momento de una idea loca por parte de Harry.

Miró la varita mágica, que todavía tenía en la mano. Si ya lo habían expulsado (el corazón le latía con dolorosa rapi­dez), un poco más de magia no empeoraría las cosas. Tenía la capa invisible que había heredado de su padre. ¿Qué pasaría si hechizaba el baúl para hacerlo ligero como una pluma, lo ataba a la escoba, se cubría con la capa y se iba a Londres volando? Podría sacar el resto del dinero de la cámara y.. co­menzar su vida de marginado. 


—Bueno —dijo Ron—. Pensaba que tendrías una idea más loca, esa no esta tan mal.

Era un horrible panorama, pero no podía quedarse allí sentado o tendría que explicarle a la policía muggle por qué se hallaba allí a las tantas de la noche con una escoba y un baúl lleno de libros de encanta­mientos.

—Buen punto —dijo James sonriendo, y es que eso era una buena excusa si llegaban a preguntarle a Harry que hacia.

Harry volvió a abrir el baúl y lo fue vaciando en busca de la capa para hacerse invisible. Pero antes de que la encon­trara se incorporó y volvió a mirar a su alrededor.


La sala se tensó, ¿Que pasaba?

Un extraño cosquilleo en la nuca le provocaba la sensa­ción de que lo estaban vigilando, pero la calle parecía desier­ta y no brillaba luz en ninguna casa.


Los corazones de muchos comenzaron a latir con fuerza, muchos sabían ya que los instintos de Harry solían ser ciertos, le estaban vigilando.

Volvió a inclinarse sobre el baúl y casi inmediatamente se incorporó de nuevo, todavía con la varita en la mano. Más que oírlo, lo intuyó: había alguien detrás de él, en el estrecho hueco que se abría entre el garaje y la valla. 


Sirius, Harry y, por alguna razón, Dumbledore, eran los únicos calmados en toda la sala.

Harry entornó los ojos mientras miraba el oscuro callejón. Si se moviera, sabría si se trataba de un simple gato callejero o de otra cosa.

—¡Lumos! —susurró Harry. Una luz apareció en el ex­tremo de la varita, casi deslumbrándole. La mantuvo en alto, por encima de la cabeza, y las paredes del nº 2, recubier­tas de guijarros, brillaron de repente. La puerta del garaje se iluminó y Harry vio allí, nítidamente, la silueta descomunal de algo que tenía ojos grandes y brillantes.


—¡¿Qué?! —chilló Ron asustado.

Se echó hacia atrás. Tropezó con el baúl. Alargó el brazo para impedir la caída, la varita salió despedida de la mano y él aterrizó junto al bordillo de la acera.

Sonó un estruendo y Harry se tapó los ojos con las ma­nos, para protegerlos de una repentina luz cegadora...


Dando un grito, se apartó rodando de la calzada justo a tiempo. Un segundo más tarde, un vehículo de ruedas enor­mes y grandes faros delanteros frenó con un chirrido exacta­mente en el lugar en que había caído Harry.


Muchos suspiraron.

—Menos mal que tienes buenos reflejos —dijo Ginny aliviada.

Muchos asintieron con fuerza. 

Era un autobús de dos plantas, pintado de rojo vivo, que había salido de la nada. En el parabrisas llevaba la siguiente inscripción con letras doradas: AUTOBÚS NOCTÁMBULO Durante una fracción de segundo, Harry pensó si no lo habría aturdido la caída. El cobrador, de uniforme rojo salto del autobús y dijo en voz alta sin mirar a nadie:

—Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte de emer­gencia para el brujo abandonado a su suerte. Alargue la va­rita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Me llamo Stan Shunpike. Estaré a su disposición esta no...

El cobrador se interrumpió. Acababa de ver a Harry que seguía sentado en el suelo. Harry cogió de nuevo la varita y se levantó de un brinco. Al verlo de cerca, se dio cuenta de que Stan Shunpike era tan sólo unos años mayor que él: no ten­dría más de dieciocho o diecinueve. Tenía las orejas grandes y salidas, y un montón de granos.

—¿Qué hacías ahí? —dijo Stan, abandonando los bue­nos modales.

—Me caí —contestó Harry.

—¿Para qué? —preguntó Stan— con risa burlona.


—No se ha caído a propósito —se quejó Lily algo molesta mientras James soltaba una risita.

—No me caí a propósito —contestó Harry enfadado.


Ambos se sonrieron.

Se había hecho un agujero en la rodillera de los vaque­ros y le sangraba la mano con que había amortiguado la caí­da. De pronto recordó por qué se había caído y se volvió para mirar en el callejón, entre el garaje y la valla. Los faros de­lanteros del autobús noctámbulo lo iluminaban y era evi­dente que estaba vacío.


Algunos volvieron a suspirar, más aliviados.

—¿Qué miras? —preguntó Stan.

—Había algo grande y negro —explicó Harry, señalando dubitativo—. Como un perro enorme...

Sirius no pudo evitar sonreír.

—Grande y negro... Como un perro... —repitió James sacando conclusiones—. No te habría dado por hacerle una visita a mi hijo, ¿No, Canuto?


Sirius se encogió de hombros aun sonriendo, fingiendo de mala manera. James intuyó que probablemente había sido el.

Se volvió hacia Stan, que tenía la boca ligeramente abierta. No le hizo gracia que se fijara en la cicatriz de su frente.

—¿Qué es lo que tienes en la frente? —preguntó Stan.

—Nada —contestó Harry, tapándose la cicatriz con el pelo. Si el Ministerio de Magia lo buscaba, no quería poner­les las cosas demasiado fáciles.


Sirius asintió varias veces, con aprobación.

—¿Cómo te llamas? —insistió Stan.

—Neville Longbottom —respondió Harry, dando el pri­mer nombre que le vino a la cabeza


Muchos soltaron una risita, incluido Neville.

—¿Y porque el nombre de Neville ha sido el primero que te ha ido a la cabeza? —preguntó Ron algo... ¿Celoso?

Harry se encogió de hombros y Draco, divertido, siguió leyendo.

—. Así que... así que este autobús... —dijo con rapidez, esperando desviar la atención de Stan—. ¿Has dicho que va a donde yo quiera?

—Sí —dijo Stan con orgullo—. A donde quieras, siempre y cuando haya un camino por tierra. No podemos ir por de­bajo del agua. Nos has dado el alto, ¿verdad? —dijo, volvien­do a ponerse suspicaz—. Sacaste la varita y... ¿verdad?

—Sí —respondió Harry con prontitud—. Escucha, ¿cuán­to costaría ir a Londres?

—Once sickles —dijo Stan—. Pero por trece te damos además una taza de chocolate y por quince una bolsa de agua caliente y un cepillo de dientes del color que elijas.


—¡Un cepillo de dientes! —chilló Sirius emocionado—. ¡Y del color que elijas!

Harry rebuscó otra vez en el baúl, sacó el monedero y entregó a Stan unas monedas de plata. Entre los dos cogie­ron el baúl, con la jaula de Hedwig encima, y lo subieron al autobús.

No había asientos; en su lugar; al lado de las ventanas con cortinas, había media docena de camas de hierro. A los lados de cada una había velas encendidas que iluminaban las paredes revestidas de madera.

Un brujo pequeño con gorro de dormir murmuró en la parte trasera:

—Ahora no, gracias: estoy escabechando babosas. —Y se dio la vuelta, sin dejar de dormir.


Muchos rompieron a reír.

—La tuya es ésta —susurró Stan, metiendo el baúl de Harry bajo la cama que había detrás del conductor; que esta­ba sentado ante el volante—. Éste es nuestro conductor; Ernie Prang. Éste es Neville Longbottom, Ernie.


Algunos volvieron a reír, les parecía divertido que Harry se hiciera pasar por Neville.

Ernie Prang, un brujo anciano que llevaba unas gafas muy gruesas, le hizo un ademán con la cabeza. Harry volvió a taparse la cicatriz con el flequillo y se sentó en la cama.

—Vámonos, Ernie —dijo Stan, sentándose en su asien­to, al lado del conductor.

Se oyó otro estruendo y al momento Harry se encontró estirado en la cama, impelido hacia atrás por la aceleración del autobús noctámbulo. 


Neville sintió que se le revolvía el estomago, y es que solo con escuchar la descripción ya lo pasaba mal.

Al incorporarse miró por la venta­na y vio, en medio de la oscuridad, que pasaban a velocidad tremenda por una calle irreconocible. Stan observaba con gozo la cara de sorpresa de Harry.

—Aquí estábamos antes de que nos dieras el alto —ex­plicó—. ¿Dónde estamos, Ernie? ¿En Gales?

—Sí —respondió Ernie.

—¿Cómo es que los muggles no oyen el autobús? —pre­guntó Harry.

—¿Ésos? —respondió Stan con desdén—. No saben es­cuchar; ¿a que no? Tampoco saben mirar. Nunca ven nada.

—Vete a despertar a la señora Marsh —ordenó Ernie a Stan—. Llegaremos a Abergavenny en un minuto.

Stan pasó al lado de la cama de Harry y subió por una escalera estrecha de madera. Harry seguía mirando por la ventana, cada vez más nervioso. Ernie no parecía dominar el volante. 


—¡Hey! —se quejó Sirius—. ¡Ernie es genial!

—¡Oh, Sirius! Pero reconoce que sin magia Ernie habría tenido mas accidentes que doscientos muggles juntos —bufó Lily.

—Eso no quita que sea genial —refunfuñó.

El autobús noctámbulo invadía continuamente la acera, pero no chocaba contra nada. Cuando se aproximaba a ellos, los buzones, las farolas y las papeleras se apartaban y volvían a su sitio en cuanto pasaba.

Los que no habían montado nunca en el solo podían admirar la descripción de Harry.

Stan reapareció, seguido por una bruja ligeramente ver­de arropada en una capa de viaje.

—Hemos llegado, señora Marsh —dijo Stan con alegría, al mismo tiempo que Ernie pisaba a fondo el freno, haciendo que las camas se deslizaran medio metro hacia delante. La señora Marsh se tapó la boca con un pañuelo y se bajó del autobús tambaleándose. Stan le arrojó el equipaje y cerró las portezuelas con fuerza. Hubo otro estruendo y volvieron a encontrarse viajando a la velocidad del rayo, por un cami­no rural, entre árboles que se apartaban.

Harry no habría podido dormir aunque viajara en un autobús que no hiciera aquellos ruidos ni fuera a tal veloci­dad. Se le revolvía el estómago al pensar en lo que podía ocu­rrirle, y en si los Dursley habrían conseguido bajar del techo a tía Marge.

Muchos volvieron a reír, recordando lo que le había hecho Harry a Marge.

Stan había abierto un ejemplar de El Profeta y lo leía con la lengua entre los dientes. En la primera página, una gran fotografía de un hombre con rostro triste y pelo largo y enmarañado le guiñaba a Harry un ojo, lentamente. A Harry le resultaba extrañamente familiar.


Muchos se tensaron, sabían quien era ese hombre sin ninguna duda. Sirius tragó saliva.

—¡Ese hombre! —dijo Harry, olvidando por unos momen­tos sus problemas—. ¡Salió en el telediario de los muggles!


—¡Oh, ese Black! —dijo James de pronto y se giró hacia Sirius—. ¿Eres tú o no?

Stan volvió a la primera página y rió entre dientes.

—Es Sirius Black —asintió—. Por supuesto que ha sali­do en el telediario muggle, Neville. ¿Dónde has estado este tiempo?


El silencio se apoderó del Gran Comedor en un instante.

James, con los ojos mas abiertos que Dobby, respiraba agitadamente.

Sirius cerró los ojos, preparándose para poder contestar en cuanto James preguntara,

Pero James no preguntó, permaneció sentado, pálido, y observando como Malfoy leía.

Volvió a sonreír con aire de superioridad al ver la per­plejidad de Harry. Desprendió la primera página del diario y se la entregó a Harry.

—Deberías leer más el periódico, Neville.

Harry acercó la página a la vela y leyó:


BLACK SIGUE SUELTO

El Ministerio de Magia confirmó ayer que Sirius Black, tal vez el más malvado recluso que haya al­bergado la fortaleza de Azkaban, aún no ha sido capturado.


Sirius no podía evitar girarse cada dos segundos hacia James, esperando alguna reacción por su parte. Pero James no le miraba, cada vez estaba más pálido y su respiración era mas agitada. Su mejor amigo había ido a Azkaban. A Azkaban.

«Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano para volver a apresarlo, y rogamos a la comu­nidad mágica que mantenga la calma», ha declarado esta misma mañana el ministro de Magia Corne­lius Fudge. Fudge ha sido criticado por miembros de la Federación Internacional de Brujos por haber in­formado del problema al Primer Ministro muggle. «No he tenido más remedio que hacerlo», ha replicado Fudge, visiblemente enojado. «Black está loco, y supone un serio peligro para cualquiera que se tro­piece con él, ya sea mago o muggle. He obtenido del Primer Ministro la promesa de que no revelará a na­die la verdadera identidad de Black. Y seamos rea­listas, ¿quién lo creería si lo hiciera?»

Mientras que a los muggles se les ha dicho que Black va armado con un revólver (una especie de va­rita de metal que los muggles utilizan para matarse entre ellos), la comunidad mágica vive con miedo de que se repita la matanza que se produjo hace doce años, cuando Black mató a trece personas con un solo hechizo.

—¿Que? —preguntó Lily en un susurro, con la voz cortada—. Trece, trece... ¿Trece personas?


Sirius cerró los ojos momentáneamente, cogió aire y lo echó lentamente. Tenía menos miedo a mentir y decir que había matado a trece personas que decirles que Peter les había traicionado. Echó un rápido vistazo a Remus, era obvio que el sentía lo mismo.

—Eran mortifagos, ¿No? —preguntó Lily—. ¿Pero entonces porque te han llevado a Azkaban?


—Lily —dijo Remus con un hilo de voz—. Por favor.

Lily entendió al instante que no querían hablar. Suspiró. ¿Que había pasado? ¿Porque había ido realmente Sirius a Azkaban? Decidió dejarlo todo en duda hasta saberlo de una fuente confiable.

(N.A. ¿Como es posible que ahora todos aqui sepan que Sirius es inocente excepto James y Lily? ¡Que injusticia!)

Harry observó los ojos ensombrecidos de Black, la única parte de su cara demacrada que parecía poseer algo de vida. Harry no había visto nunca a un vampiro, pero había visto fotos en sus clases de Defensa Contra las Artes Oscuras, y Black, con su piel blanca como la cera, parecía uno.


Nadie dijo nada.

—Da miedo mirarlo, ¿verdad? —dijo Stan, que mientras leía el artículo se había estado fijando en Harry.

—¿Mató a trece personas —preguntó Harry, devolvién­dole a Stan la página— con un hechizo?

—Sí —respondió Stan—. Delante de testigos y a plena luz del día. Causó conmoción, ¿no es verdad, Ernie?

James sentía que le crujía el corazón con cada frase, ¿Sirius había ido a Azkaban? ¿Había matado a trece personas? ¿Había habido testigos que podían probarlo? Sus manos temblaban. Se agarró las rodillas para que dejaran de hacerlo.

—Sí —confirmó Ernie sombríamente.

Para ver mejor a Harry, Stan se volvió en el asiento, con las manos en el respaldo.

—Black era un gran partidario de Quien Tú Sabes —dijo.


James bufó, aliviado.

—Entonces todo es mentira —aseguró convencido—. Ya decía yo... ¡Sirius seguidor de Voldemort! ¡Ja! Entonces no has matado a nadie, ¿No?

Todos miraron a James sorprendidos.

—Yo... —empezó Sirius sin saber bien que decir.

—Tienes razón —dijo Remus con una pequeña sonrisa ladeada—. Sirius no ha matado a nadie y, por supuesto, no es un seguidor de Voldemort.

James suspiró durante varios segundos, cerró los ojos, tragó saliva, los abrió, y sonrió. Feliz y aliviado.

—¿Pero entonces porque te mandaron a Azkaban? —preguntó Lily frunciendo el ceño.

Sirius se estremeció, odiaba recordar su vivencia en Azkaban.

—¿Y si nos enteramos por el libro? —sugirió Remus, sabiendo de la incomodidad de Sirius.

James y Lily asintieron.

—¿Quién? ¿Voldemort? —dijo Harry sin pensar.


Varios se estremecieron.

Stan palideció hasta los granos. Ernie dio un giro tan brusco con el volante que tuvo que quitarse del camino una granja entera para esquivar el autobús.

—¿Te has vuelto loco? —gritó Stan—. ¿Por qué has men­cionado su nombre?

—Lo siento —dijo Harry con prontitud—. Lo siento, se... se me olvidó.

—¡Que se te olvidó! —exclamó Stan con voz exánime—. ¡Caramba, el corazón me late a cien por hora!

—Entonces... entonces, ¿Black era seguidor de Quien Tú Sabes? —soltó Harry como disculpa.

—No —aseguró James sin dudarlo un instante.

—Sí —confirmó Stan, frotándose todavía el pecho—. Sí, exactamente. Muy próximo a Quien Tú Sabes, según dicen... De cualquier manera, cuando el pequeño Harry Potter acabó con Quien Tú Sabes (Harry volvió a aplastarse el pelo contra la cicatriz), todos los seguidores de Quien Tú Sabes fueron descubiertos, ¿verdad, Ernie? Casi todos sabían que la histo­ria había terminado una vez vencido Quien Tú Sabes, y se volvieron muy prudentes. Pero no Sirius Black. Según he oído, pensaba ser el lugarteniente de Quien Tú Sabes cuan­do llegara al poder. El caso es que arrinconaron a Black en una calle llena de muggles, Black sacó la varita y de esa ma­nera hizo saltar por los aires la mitad de la calle. Pilló a un mago y a doce muggles que pasaban por allí. Horrible, ¿no? ¿Y sabes lo que hizo Black entonces? —prosiguió Stan con un susurro teatral.

—¿Qué? —preguntó Harry

—Reírse —explicó Stan—. Se quedó allí riéndose. 


Sirius tenía una sonrisaa triste y desganada.

Nadie dijo nada.

Y cuando llegaron los refuerzos del Ministerio de Magia, dejó que se lo llevaran como si tal cosa, sin parar de reír a mandíbula batiente. Porque está loco, ¿verdad, Ernie? ¿Verdad que está loco?

—Si no lo estaba cuando lo llevaron a Azkaban, lo estará ahora —dijo Ernie con voz pausada—. Yo me maldeciría a mí mismo si tuviera que pisar ese lugar, pero después de lo que hizo le estuvo bien empleado.


—No hizo nada —se quejó Lily tristemente—. Sirius no pudo haber hecho nada...

Sirius no estaba tan seguro de eso, el estaba convencido de que la muerte de James y Lily cargaba sobre sus hombros, el había sido el culpable de que murieran, y todo por hacerse el listo.

—Les dio mucho trabajo encubrirlo todo, ¿verdad, Ernie? —dijo Stan—. Toda la calle destruida y todos aquellos mug­gles muertos. ¿Cuál fue la versión oficial, Ernie?

—Una explosión de gas —gruñó Ernie.

—Y ahora está libre —dijo Stan volviendo a examinar la cara demacrada de Black, en la fotografía del periódico—. Es la primera vez que alguien se fuga de Azkaban, ¿verdad, Ernie? No entiendo cómo lo ha hecho. Da miedo, ¿no? No creo que los guardias de Azkaban se lo pusieran fácil, ¿verdad, Ernie?

A pesar de la situación Sirius no pudo evitar sonreír.


—Si alguien tenía que ser el primero en escapar de Azkaban, sin duda, debía ser yo —dijo con orgullos y algunos llegaron a sonreír.

Ernie se estremeció de repente.

—Sé buen chico y cambia de conversación. Los guardias de Azkaban me ponen los pelos de punta.

—¿Y a quien no? —preguntó Sirius con un tono lúgubre.

Stan retiró el periódico a regañadientes, y Harry se re­clinó contra la ventana del autobús noctámbulo, sintiéndose peor que nunca. No podía dejar de imaginarse lo que Stan contaría a los pasajeros noches más tarde: «¿Has oído lo de ese Harry Potter? Hinchó a su tía como si fuera un globo. Lo tuvimos aquí, en el autobús noctámbulo, ¿verdad, Ernie? Trataba de huir...»


Varios rieron por la imaginación de Harry.

Harry había infringido las leyes mágicas, exactamente igual que Sirius Black. ¿Inflar a tía Marge sería considerado lo bastante grave para ir a Azkaban? 


Las risas aumentaron.

—¿En serio, Harry, en serio creías que te iban a llevar a Azkaban por eso?

Harry sonrió tristemente, no estaba de animo como para reír.

Harry no sabía nada acerca de la prisión de los magos, aunque todos a cuantos ha­bía oído hablar sobre ella empleaban el mismo tono aterrador. Hagrid, el guardabosques de Hogwarts, había pasado allí dos meses el curso anterior. 

Hagrid se estremeció al recordarlo.

Tardaría en olvidar la expresión de terror que puso cuando le dijeron adónde lo llevaban, y Hagrid era una de las personas más valientes que conocía.

Hagrid no pudo evitar sonreír ante eso, alegre de que Harry le considerara valiente.

El autobús noctámbulo circulaba en la oscuridad echando a un lado los arbustos, las balizas, las cabinas de te­léfono, los árboles, mientras Harry permanecía acostado en el colchón de plumas, deprimido. Después de un rato, Stan recordó que Harry había pagado una taza de chocolate ca­liente, pero lo derramó todo sobre la almohada de Harry con el brusco movimiento del autobús entre Anglesea y Aber­deen. 


—Te dio otra, ¿No? —preguntaron Hermione y Lily al mismo tiempo.

Harry se encogió de hombros, no recordaba haber tomado chocolate ese viaje pero tampoco quería que pensaran mal de Stan.

Brujos y brujas en camisón y zapatillas descendieron uno por uno del piso superior; para abandonar el autobús. Todos parecían encantados de bajarse.

Al final sólo quedó Harry.

—Bien, Neville —dijo Stan, dando palmadas—, ¿a que parte de Londres?

—Al callejón Diagon —respondió Harry.

—De acuerdo —dijo Stan—, agárrate fuerte...

PRUMMMMBBB.

Circularon por Charing Cross como un rayo. Harry se incorporó en la cama, y vio edificios y bancos apretujándose para evitar al autobús. El cielo aclaraba. Reposaría un par de horas, llegaría a Gringotts a la hora de abrir y se iría, no sabía dónde.


Varios tragaron saliva, preocupados, ¿Que locura habría hecho Harry?

Ernie pisó el freno, y el autobús noctámbulo derrapó hasta detenerse delante de una taberna vieja y algo sucia, el Caldero Chorreante, tras la cual estaba la entrada mágica al callejón Diagon.

—Gracias —le dijo a Ernie. Bajó de un salto y con la ayuda de Stan dejó en la acera el baúl y la jaula de Hed­wig—. Bueno —dijo Harry—, entonces, ¡adiós!

Pero Stan no le prestaba atención. Todavía en la puerta del autobús, miraba con los ojos abiertos de par en par la en­trada enigmática del Caldero Chorreante.

—Conque estás aquí, Harry —dijo una voz.


Algunos parpadearon, sorprendidos.

Antes de que Harry se pudiera dar la vuelta, notó una mano en el hombro. Al mismo tiempo, Stan gritó:

—¡Caray! ¡Ernie, ven aquí! ¡Ven aquí!


—¿Quien es? —preguntó Ginny algo nerviosa.

Harry miró hacia arriba para ver quién le había puesto la mano en el hombro y sintió como si le echaran un caldero de agua helada en el estómago. Estaba delante del mismísi­mo Cornelius Fudge, el ministro de Magia.

—¿Que? —preguntaron muchos, incrédulos, mientras miraban a Fudge. Este se limitó a encogerse de hombros, quitandole importancia al asunto.

Stan saltó a la acera, tras ellos.

—¿Cómo ha llamado a Neville, señor ministro? —dijo nervioso.

Varios sonrieron, le habían descubierto.

Fudge, un hombre pequeño y corpulento vestido con una capa larga de rayas, parecía distante y cansado.

—¿Neville? —repitió frunciendo el entrecejo—. Es Harry Potter.

—¡Lo sabía! —gritó Stan con alegría—. ¡Ernie! ¡Ernie! ¡Adivina quién es Neville! ¡Es Harry Potter! ¡Veo su cicatriz!

Harry suspiró, algo molesto.

—Sí —dijo Fudge irritado—. Bien, estoy muy orgulloso de que el autobús noctámbulo haya transportado a Harry Potter; pero ahora él y yo tenemos que entrar en el Caldero Chorreante...

Fudge apretó más fuerte el hombro de Harry, y Harry se vio conducido al interior de la taberna. Una figura encorva­da, que portaba un farol, apareció por la puerta de detrás de la barra. Era Tom, el dueño desdentado y lleno de arrugas.

—¡Lo ha atrapado, señor ministro! —dijo Tom—. ¿Que­rrá tomar algo? ¿Cerveza? ¿Brandy?

—Tal vez un té —contestó Fudge, que aún no había sol­tado a Harry.

Detrás de ellos se oyó un ruido de arrastre y un jadeo, y aparecieron Stan y Ernie acarreando el baúl de Harry y la jaula de Hedwig, y mirando emocionados a su alrededor.

—¿Por qué no nos has dicho quién eras, Neville? —le preguntó Stan sonriendo, mientras Ernie, con su cara de búho, miraba por encima del hombro de Stan con mucho in­terés.

—Y un salón privado, Tom, por favor —pidió Fudge lan­zándoles una clara indirecta.

—Adiós —dijo Harry con tristeza a Stan y Ernie, mien­tras Tom indicaba a Fudge un pasadizo que salía del bar.

—¡Adiós, Neville! —dijo Stan.

Algunos rieron.

Fudge llevó a Harry por el estrecho pasadizo, tras el fa­rol de Tom, hasta que llegaron a una pequeña estancia. Tom chascó los dedos, y se encendió un fuego en la chimenea. Tras hacer una reverencia, se fue.

—Siéntate, Harry —dijo Fudge, señalando una silla que había al lado del fuego.


—¿Que quería el ministro? —le preguntó Lily a Harry, curiosa.

—Lily... El libro está a punto de contarlo, ¿Que te parece si escuchas? —propuso James.

Harry se sentó. Se le había puesto carne de gallina en los brazos, a pesar del fuego. Fudge se quitó la capa de rayas y la dejó a un lado. Luego se subió un poco los pantalones del traje verde botella y se sentó enfrente de Harry.

—Soy Cornelius Fudge, ministro de Magia.

Por supuesto, Harry ya lo sabía. Había visto a Fudge en una ocasión anterior, pero como entonces llevaba la capa in­visible que le había dejado su padre en herencia, Fudge no podía saberlo.

Fudge suspiró, ciertamente no lo había sabido, aunque ahora si que lo sabía.

Tom, el propietario, volvió con un delantal puesto sobre el camisón y llevando una bandeja con té y bollos. Colocó la bandeja sobre la mesa que había entre Fudge y Harry, y sa­lió de la estancia cerrando la puerta tras de sí.

—Bueno, Harry —dijo Fudge, sirviendo el té—, no me importa confesarte que nos has traído a todos de cabeza. ¡Huir de esa manera de casa de tus tíos! Había empezado a pensar... Pero estás a salvo y eso es lo importante.


Lily frunció el ceño, ¿Que había pensado el ministro?

Fudge se untó un bollo con mantequilla y le acercó el plato a Harry.

—Come, Harry, pareces desfallecido. Ahora... te agradará oír que hemos solucionado la hinchazón de la señorita Marjo­rie Dursley Hace unas horas que enviamos a Privet Drive a dos miembros del departamento encargado de deshacer magia accidental. Han desinflado a la señorita Dursley y le han modi­ficado la memoria. No guarda ningún recuerdo del incidente. Así que asunto concluido y no hay que lamentar daños.

Lily frunció el ceño todavía más, ¿Así de fácil?

Fudge sonrió a Harry por encima del borde de la taza. Parecía un tío contemplando a su sobrino favorito. Harry, que no podía creer lo que oía, abrió la boca para hablar; pero no se le ocurrió nada que decir; así que la volvió a cerrar.

—¡Ah! ¿Te preocupas por la reacción de tus tíos? —aña­dió Fudge—. Bueno, no te negaré que están muy enfadados, Harry, pero están dispuestos a volver a recibirte el próximo verano, con tal de que te quedes en Hogwarts durante las va­caciones de Navidad y de Semana Santa.

Harry carraspeó.

—Siempre me quedo en Hogwarts durante la Navidad y la Semana Santa —observó—. Y no quiero volver nunca a Privet Drive.

Muchos asintieron, ellos tampoco querían que volviera.

—Vamos, vamos. Estoy seguro de que no pensarás así cuando te hayas tranquilizado —dijo Fudge en tono de preo­cupación—. Después de todo, son tu familia, y estoy seguro de que sentís un aprecio mutuo... eh... muy en el fondo.


Fudge bufó, junto a muchos otros, estaba claro que no, no había nada de aprecio de los Dursley hacia Harry.

No se le ocurrió a Harry desmentir a Fudge. Quería oír cuál sería su destino.

—Así que todo cuanto queda por hacer —añadió Fudge untando de mantequilla otro bollo— es decidir dónde vas a pasar las dos últimas semanas de vacaciones. Sugiero que cojas una habitación aquí, en el Caldero Chorreante, y...

—Un momento —interrumpió Harry—. ¿Y mi castigo?

Varios miraron a Harry extrañados.

Fudge parpadeó.

—¿Castigo?

—¡He infringido la ley! ¡El Decreto para la moderada li­mitación de la brujería en menores de edad!

—¿Es que quieres que te castiguen? —le preguntó Cho, curiosa, alzando una ceja.


—Bueno, es que me parecía raro este comportamiento —dijo Harry encogiéndose de hombros.

—¡No te vamos a castigar por una tontería como ésa! —gritó Fudge, agitando con impaciencia la mano que soste­nía el bollo—. ¡Fue un accidente! ¡No se envía a nadie a Azka­ban sólo por inflar a su tía!

Pero aquello no cuadraba del todo con el trato que el Ministerio de Magia había dispensado a Harry anterior­mente.

Algunos asintieron, todo esto era sospechoso.

—¡El año pasado me enviaron una amonestación oficial sólo porque un elfo doméstico tiró un pastel en la casa de mi tío! —exclamó Harry arrugando el entrecejo—. ¡El Ministe­rio de Magia me comunicó que me expulsarían de Hogwarts si volvía a utilizarse magia en aquella casa!

Si a Harry no le engañaban los ojos, Fudge parecía em­barazado.

Todo era cada vez más extraño, ¿Que estaba pasando?

—Las circunstancias cambian, Harry... Tenemos que te­ner en cuenta... Tal como están las cosas actualmente... 


—¿Circunstancias? —preguntó Lily sin entender.

No querrás que te expulsemos, ¿verdad?

Muchos negaron con la cabeza rápidamente.

—Por supuesto que no —dijo Harry.

—Bueno, entonces, ¿por qué protestas? —dijo Fudge riéndose, sin darle importancia—. Ahora cómete un bollo, Harry, mientras voy a ver si Tom tiene una habitación libre para ti.

Fudge salió de la estancia con paso firme, y Harry lo siguió con la mirada. Estaba sucediendo algo muy raro. ¿Por qué lo había esperado Fudge en el Caldero Chorrean­te si no era para castigarlo por lo que había hecho? Y pen­sando en ello, seguro que no era normal que el mismísimo ministro de Magia se encargara de problemas como la utilización de la magia por menores de edad.

Todo esto era muy raro y, excepto los que lo sabían de antes, ninguno entendía el porque.

Fudge regresó acompañado por Tom, el tabernero.

—La habitación 11 está libre, Harry —le comunicó Fud­ge—. Creo que te encontrarás muy cómodo. Sólo una peti­ción (y estoy seguro de que lo entenderás): no quiero que va­yas al Londres muggle, ¿de acuerdo? No salgas del callejón Diagon. Y tienes que estar de vuelta cada tarde antes de que oscurezca. Supongo que lo entiendes. Tom te vigilará en mi nombre.

—De acuerdo —respondió Harry—. Pero ¿por qué...?

—No queremos que te vuelvas a perder —explicó Fudge, riéndose con ganas—. No, no... mejor saber dónde estás... Lo que quiero decir...

Fudge se aclaró ruidosamente la garganta y recogió su capa.

—Me voy. Ya sabes, tengo mucho que hacer.

—¿Han atrapado a Black? —preguntó Harry.

Sirius no pudo evitar soltar un bufido, algo irritado.

Los dedos de Fudge resbalaron por los broches de plata de la capa.

—¿Qué? ¿Has oído algo? Bueno, no. Aún no, pero es cuestión de tiempo. Los guardias de Azkaban no han fallado nunca, hasta ahora... Y están más irritados que nunca. —Fudge se estremeció ligeramente—. Bueno, adiós. Alargó la mano y Harry, al estrecharla, tuvo una idea re­pentina.

Muchos miraron a Harry extrañados, ¿Que se le habría ocurrido ahora?

—¡Señor ministro! ¿Puedo pedirle algo?

—Por supuesto —sonrió Fudge.

—Los de tercer curso, en Hogwarts, tienen permiso para visitar Hogsmeade, pero mis tíos no han firmado la autori­zación. ¿Podría hacerlo usted?

—Bueno —admitió Percy—. Técnicamente, como ministro que es, tiene el poder para hacerlo.

Fudge parecía incómodo.

—Ah —exclamó—. No, no, lo siento mucho, Harry. Pero como no soy ni tu padre ni tu tutor...

—Pero usted es el ministro de Magia —repuso Harry—. Si me diera permiso...

—No. Lo siento, Harry, pero las normas son las normas —dijo Fudge rotundamente—. Quizá puedas visitar Hogs­meade el próximo curso. De hecho, creo que es mejor que no... Sí. Bueno, me voy. Espero que tengas una estancia agra­dable aquí, Harry.

Muchos sonrieron tristemente, Harry no podría ir ese año a Hogsmeade.

Y con una última sonrisa, salió de la estancia. Tom se acercó a Harry sonriendo.

—Si quiere seguirme, señor Potter... Ya he subido sus cosas...

Harry siguió a Tom por una escalera de madera muy elegante hasta una puerta con un número 11 de metal colga­do en ella. Tom la abrió con la llave para que Harry pasara.

Dentro había una cama de aspecto muy cómodo, algu­nos muebles de roble con mucho barniz, un fuego que crepi­taba alegremente y, encaramada sobre el armario...

—¡Hedwig! —exclamó Harry.

Varios parpadearon varias veces, sorprendidos, ¿Que hacía la lechuza de Harry ahí?

La blanca lechuza dio un picotazo al aire y se fue volan­do hasta el brazo de Harry.

—Tiene una lechuza muy lista —dijo Tom con una risi­ta—. Ha llegado unos cinco minutos después de usted. 


—¡Increíble! —dijeron muchos emocionados.

Harry sonrió, contento de que todos pudieran saber de la genialidad de Hedwig.

Si ne­cesita algo, señor Potter; no dude en pedirlo.

Volvió a hacer una inclinación, y abandonó la habita­ción.

Harry se sentó en su cama durante un rato, acariciando a Hedwig y pensando en otras cosas. El cielo que veía por la ventana cambió rápidamente del azul intenso y aterciopela­do a un gris frío y metálico, y luego, lentamente, a un rosa con franjas doradas. Apenas podía creer que acabara de abando­nar Privet Drive hacía sólo unas horas, que no hubiera sido expulsado y que tuviera por delante la perspectiva de pasar dos semanas sin los Dursley.

—Ha sido una noche muy rara, Hedwig —dijo boste­zando.

Varios asintieron, todo había sido muy raro, pero realmente era una gran mejora.

Y sin siquiera quitarse las gafas, se desplomó sobre la almohada y se quedó dormido.


Varios sonrieron ante eso.

—Bueno, aquí acaba mi parte —dijo Malfoy soltando un suspiro y dejando el libro en el suelo.

Caminó sin prisa hasta su asiento, junto al de Astoria y se sentó algo nervioso.

—¿Y que, Draco? ¿Este año también te encontraste con Harry en el callejón Diagon?

Draco sonrió.

—Puede, tendrás que esperar para saberlo.

Astoria soltó un bufido.

—Yo leeré —dijo un alumno de Hufflepuff que Harry no conocía mientras caminaba hasta el libro. Lo cogió y leyó el titulo del siguiente capitulo en voz alta—: El Caldero Chorreante.




Y fin.

Con mis mejores deseos,
Mafalda Hopkirk.


24 comentarios :

  1. Ola Dait¡! Jaja esta vez soy la primera en dejar comentario ;-) estuvo divertido el capitulo ¿sabias k tengo mi cama llenos de ositos de peluches? Son una monada asi k hay k incluir a mis muxas virtudes ser adorable jaja na es broma ;-) bueno y ya mejor dejo de escribir antes de k diga alguna chorrada mas :-P
    Ya estoy deseando leer el próximo capítulo y tbn saber como reaccionara James y Lily el motivo x el cual fue encarcelado seguro k mataran a Fudge lenta y dolorosamente y tbn le exaran la bronca a Dumblendore x no Aser nada para evitar k Sirius fuera a Azkaban Jaja k mala soy :-D
    Bueno ya si k me despido y espero con ansias el próximo capítulo
    Un Saludo
    Lirablack

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  2. Hola Dait:

    Es la primera ves que te escribo ya que no me gusta escribir mucho por FF XD.
    pero vengo leyendo todos los post que realizaste y me encantan.
    Me gusta que por sin alguien no deje abandonado los libros, es horrible llegar a un capitulo y después que lo abandonen U.U y tu te quedes con la intriga.
    Me pareció muy divertido este nuevo cap. y como James se dio cuenta enseguida que Sirius es inocente.

    Saludos y te seguiré leyendo n.n.

    Navi Greyblack

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  3. Hola! :D Qué tensión durante todo el capítulo por lo de james y lily! Estoy deseando que se enteren y al mismo tiempo no quiero que lo hagan T_T darse cuenta de que alguien a quien consideran su mejor amigo los va a traicionar de esa manera y todo lo que ello va a suponer tiene que ser muy duro... maldito colagusano ¬¬ y bueno, me encantó que james no dudara de sirius ^^ best friends forever! xD
    Oh dios... mientras escribo esto retumban los truenos en esa tierra desconocida llamada "fuera de mi casa"... por qué no llueve de una vez y me dejan escuchar música tranquila!? Ahora para que sea como ayer, truenos truenos y más truenos y luego no llovió ¬¬ me gusta la lluvia ok? xD
    En fin, nos vemos el... sábado? Era jueves, sábados y lunes? o martes? eh... empiezo a perder la memoria... me estoy haciendo vieja xD
    Adéu! ^^
    LaurieAngel

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  4. me gusta, estoy deseando "ver" la reacción de james y lily cuando descubran xq acabo sirius en azkaban y quien fue el verdadero traidor. solo espero que primero los aten xp sino creo que van a descuartizar a dumbly x no ayudar a sirius

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  5. Muy bueno me encantó este capítulo, la confianza de James en Sirius es increíble. No puedo esperar a ver como reaccionará James cuando le digan a Harry que Sirius Black quiere matarlo.

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  6. Hooooola dait :)
    Como estas? Como te trata la vida?
    Yo estoy usando el poco tiempo libre que tengo para leer tu geniastico fic, pero lo vale, lo vale :3
    Sabes porque setiembre es escribe con s?
    Se escribe con S porque se vienen los parciales :'( (estos son tiempos oscuros, nadie puede negarlo .... Pero permaneceremos fuertes y lucharemos)
    Que Atenea me acompañe en la lucha.
    He adorado el capitulo de hoy :)
    La manera en la que James se dio cuenta de que sirius era inocente, fue como... Sirius partidario de voldemort naaahhh xD primero beso a snape. Eso es amistad señores eso es amistad. :')
    Hablando de amistad, cuando se enteren lo de peter (no te perdonare si no pones drama, necesitamos dolor y lágrimas) se les va a romper el corazón, el era uno Dr los "hermanos" de James. Lo que eso es imperdonable.
    Casi me da algo por la tensión de ver a James así, aunque con razón, su mejor amigo fue a azkaban ni mas ni menos.
    Pobre sirius, va a tener que estar leyendo como harry quería su sangre :( y el que lo quiere tanto.
    Como van a reaccionar James y lily al descubrir lo que escucha harry con los dementores. Aunque aun falta para eso.
    Y como pido hacer su patronus (Ok, me estoy adelantando demasiado >u<)
    Tu lista de adorabilidad me mato *-* jajjajajja muy bueno :) dar saltitos por la calle debería ser considerado una obligación, nada reemplaza la cara extrañada de las personas que te ven, si lo haces tarareando una canción da mejores resultados :')
    Buenooo, el deber llama :) debo seguir estudiando.
    Nos leemos el sábado, ten un buen lo que resta de la semana :)
    Se despide Midnight027 (mientras hace sacrificios a Atenea para que la ayude a aprobar)
    Xoxo
    Pd: creo que ron podrá hacerce una muy buena idea de lavander en 6 año -_- la chica parecía pulpo, y sus apodos era demasiado cursis, enseriooooo.
    Pd2: imagínate a ron bailando claqué con miles de arañas rodeándolo mientras hacen sonar sus patas... Súper cool :D jajjajajja
    Pd3: que pasa con los colores oscurooos :o usarlos no te hace menos adorable (hace un puchero) mi closet esta lleno de cosas oscuras ... El negro es el nuevo adorable. Jajjajajja :3 lord voldemort era adorable ...
    Pd4: que pasa con tonks? Esta tan desaparecida que hay que poner un cartel de búsqueda :)
    Chauuu ^u^

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  7. Phoenix1993: holaaaa
    no soy viejaaaaa jum xD
    Estoy deseando que llegue el próximo
    Cuidateee

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  8. Oh yo te seguia en fanfiction pero no camente mucho , estoy aqui para dezir que estoy contigo aqui tambien , me encanta esas historias de leyebdj harry potter y la tuya es la que mas esta avansada , gracias por eso
    Bsos

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  9. Holasas
    Buenisimo el capitulo pobre sirius estubo mucho tiempo en azkaban y al principio su ahijado lo odia...lily y james que lindos ellos preocupados d e porque su amigo fue a azkaban...no me habia dado cuelta de que hedwing era tan orgullosa bueno es bueno saber cosas nueva de harry potter
    Se despide la tipa que amenaza con cucharas
    Moon...

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  10. Holaaa!! Soy la Otaku que lee libros en FF a decir verdad pense, q raro q no a publicado y luego recorde el blog y aqui me tienes juju
    te agradezco el cap. La verdad estaba bajoneada y el clima tampoco ayuda asi q te agradezco el levantarme el animo!!
    Nos leemos luego ñ_ñ
    Pta: Me alegra saber q soy un poco adorable.
    Pta2: Los Si y No de lo q hago sobre tu lista adorable ñ_ñ
    No-si-si-no-si-si-si (ODIO el maquillaje)-si-si-no-si-si-si

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  11. Mirá vos... y yo pensé que te llamabas Panaberto Pecopón xD
    Bueno, Mafalda, querida, este capítulo me ha gustado mucho y que decir que como no estoy de humor, me he saltado tus boludeces al principio y final del capítulo.
    Basta y sobra decir que odié que borraran la segunda parte de tu fic, entre tantos similares a este que hay en el mundo. ¬¬ (los detesto)
    Bueno, una de las tantas cosas que te quería decir después de hace mucho no hacerte un "Re":
    Como leerás si entras a mi página de Google (que está más vacía que cuerpo besado por un Dementor), soy Serenity94 (en FAnFicction.net), así que, de forma aleatoria en tus capítulos, me verás contestando algunas cosas del caítulo o de tu desvarío xD
    Mi verdadero nombre te lo reservo para más adelante, cariño.
    Sigo insistiendo que tenés que ver Inuyasha, Rurouni Kenshin, Sailor Moon... No sé si viste Mirai Nikki o Blood-C, a mi me falta ver Blood-Plus.
    Una última cosa que me falta:
    ♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫
    El mundo he de cambiar
    el viento voy a atravesar
    ya no habrá mas miedo en mi,
    mantendré el valor...
    y una sonrisa podré brindarte.
    Cambiará
    para ir a un futuro ideal
    en donde no reine el mal,
    lo haré con desición
    un mundo lleno de esplendor
    es mi ilusión...

    Te he visto a veces el cielo observar
    sin poder dejar de investigar
    tal vez hay...
    algo que ocultarás
    debajo de tu exterior.
    Con temor iba mi corazón
    sin poder el futuro esperar
    sin pensar...
    ni ningun aliento
    me podria animar.
    Pero un dia te conocí
    y encontré
    motivo para vivir,
    con tu ternuera e ingenuidad
    conocí la verdad
    brotando en mi un anhelo.

    El mundo he de cambiar
    quiero ver que podrá llegar
    un nuevo amanecer,
    pues a tu lado sé
    que mi futuro no es oscuro.
    Cambiaré
    pues hoy se que lo lograré
    junto a mi vas a estar,
    abre tus alas de
    un mundo donde reine el bien
    hay que lograr...

    El mundo recorremos de sol a sol
    buscando cumplir nuestra mision
    aun asi...
    no dejaremos
    que nos puedan vencer.
    Siempre es la misma preocupación
    de no poder
    nuestro sueño alcanzar,
    pero no hay nada que puede impedir
    que este junto a ti
    cuidándote con celo.
    El mundo he de cambiar
    con tener tu mirada en mi
    es como un resplandor,
    y no te soltaré
    te detendrás fuerte de mi mano.
    Cambiará
    nunca te alejarás de mi
    y me darás tu corazón,
    no pierdas el valor
    todo en la imaginación
    puede pasar...

    El mundo he de cambiar
    el viento voy a atravesar
    ya no habra mas miedo en mi,
    mantendré el valor...
    y una sonrisa podré brindarte.
    Cambiará
    para ir a un futuro ideal
    en donde no reine el mal,
    lo haré con desición
    un mundo lleno de esplendor
    es mi ilusión...
    ♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫
    BE-SO-TES ~ :3

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  12. me encanto el capitulo, debo decir ke te seguia en FF pero no comentaba mucho, de ahora en adelante comentare mas aki ;D ya que no te has dejado llevar por la molestia de ke te borraran la segunda parte de este fic, cuando hay muchos por otro lado, eso me hace feliz :D y con respecto al capitulo me da gusto ver ke james cree en la inocencia de sirius :D sin mas me despido, byeee :3
    psdta: mi nombre en FF era Renesmee Black Cullen1096 no se si te acuerdes pero por si acaso te lo dejo :D
    psdta2: sobre lo de contestar los comentarios seria mejor en el proximo capitulo, da flojera estar entrando a un capi y despues a otro jejejejeje :D

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  13. hola, joder que no se subió mi comentario, pero bueno...... aquí de nuevo.
    creo que se me olvido de que comente el comentario que no se subió porque mi comentario fue interrumpido por que accidentalmente desconecte el módem ya que accidentalmente intente ahuyentar a mi mascota que no paraba de molestar.
    primero: me a gustado el capitulo, te he seguido desde el primer libro cuando ya habias subido el segundo capitulo, me maldigo por no comenzar el dia del primero pero bueno.
    segundo: me gustaria preguntarte de ¿como es que le hacias para subir todos los dias antes? eso me pregunto ya que me imagino que tenias tiempo pero me gustaria saber lo que Dait12 diria, jajaja byebye se despide TheDarkAngel, como me encuentro en fanfiction si es que algun dia quieres leer cosas mia, cosas locas jajaja

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  14. Que onda.
    Me alegro que sigas escribiendo, Tu fic es muy bueno
    En ff no te comentaba por que no gusta hacerlo en esa pagina peei agora si te voy a comentar

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  15. Que bueno es volver a leer un capítulo tuyo :) Me siento un poco ansiosa por saber como se sentirá el pobre James cuando sepa que el maldito de colagusano lo traiciono, debe de ser muy duro. He estado pensando ya en el cuarto libro... Donde Harry comienza a mirar a Cho y sentir algo por ella (Ew NO) me imagino los celos de Ginny y Harry todo confuso xd ¿Sabes qué sería genial? Que Ginny y Cho hagan un duelo o se peleen por Harry o algo por es estilo, y que gane Ginny OBVEO.
    Hmm que mas... Ah si, te has olvidado de nuevo de Neville y sus padres, siempre dejas de lado a los pobres xd. Me gustaría mucho que Astoria y Draco hicieran su relación pública o que haya más de ellos... Me parece tierna esa pareja :3 (Obvio no mas que Hanny o que Romione pero vale)
    Mucho chocolate pa' tu consumo con la cara de Ginny, MARS.

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  16. Holaa datil, tanto tiempo, es raro leerte en blog pero interesante a la vez *-*

    LINDOOO, lindo el echo de que casi me describiste en lo de inocencia, CASI, no soy torpe, al menos no mucho, me gusta maquillarme pero no mucho, solo en eventos especiales, o para resaltar mis hermosos ojos verdes-con-azul-tirando-a-dorado-con-un-toque-de-cafe XD osea cafe MUUYY oscuro, me gusto mucho eso que escribiste,
    ahora en cuanto al cap,
    estuvo lindo si muy lindo, no ando con animos de escribir mucho pero tengo que decirte que me encanto el capitulo mas tratandose de mi libro favorito, espero con ansias el siguiente...

    ten un lindo dia,
    besos
    Lunatica-obsecionada

    P.D en mi caso prefiero que respondas en el capitulo los comentarios, asi es mas interesante!

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  17. Yo no puedo ser adorable QnQ aunque tampoco quiero serloXD
    En caso de que no se dumby se ponga en plan "por el bien comun" harry puede hacer explotar y/o hacer que truene dentro de hogwarts]?:3

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  18. Hola¡¡¡ genial el capitulo. me ha gustado mucho como siempre. en cuanto a lo mio pues mi familia me va ha apoyar sea cual sea mi decision pero sinceramente me encanta el basket y qiero vivirde eso asi que hablare con mis entrenadores para decirles que el año que viene quierojugaren la liga endesa con el primer equipo del cajasol que ahora se llama baloncesto sevilla. la universidad siempre estarar ahi y podria sacarme la carrera cuando acabe mi carrera como profesional verdad?. hasta el proximo cap

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  19. Te seguía en Fanfiction y ahora aquí, o algo así, hay una manera de seguir el blog y que me entren notificaciones al correo o algo, porque no sé :( *sad*
    ¡Como me costo encontrarlo! y me pareció tan corto, no me mal interpretes, me encantó y por lo mismo siento que duró tan poco, pero es viernes por la tarde y mañana es sábado (yay)
    En cuanto a la Guía para ser adorable, creo que fallo bastante aw :( No sé si pueda considerarme inocente, en alejarme de problemas, en la sonrisa, en la torpeza y la timidez (nada timida jaja) soy anadorable.

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  20. ¡Hola! ¡Me encanta tu fic! Quiero mas Hanny :P. Tengo cuenta en fanfiction, pero nunca te habia dejado un rewiew (y empeze a leer desde el libro 1) pero ahora te dejo un comentario
    Caflo

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  21. me gusto muy bueno espero el siguiente que sea doble hoy es mi cumole y quiero mañana un cap doble por fi quiero doble cap

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  22. Hola...!!!
    SOY NUEVA LECTORA....!!!!
    Te sigo desde FanFiction y pues no es por nada verdad... pero mmm busque todo el bendito día de ayer el nuevo cap hasta que leí con atención y me dí cuenta de que lo subirías acá... Creo que un nargle se metió en mi cabeza xD

    Me encantan este tipo de fics y me alegra (pero me alegra ENSERIO) que estés haciendo El Prisionero De Azkaban ya que siempre he querido leer como reaccionan a la verdad y el hecho de que Lily y James entén ahí lo hace mejor... La amistan es algo super importante así que este libro en especial es mi FAVORITO y el hecho de que lo sigas escribiendo me resulta genial...
    Así que te pediré que le pongas muchoooos gritos, reclamos y llanto cuando se lea la verdad porfis *carita de Gato con Botas*
    La amistad que plasmas de James teniendo plena confianza en Sirius es la que uno siempre se imagina...
    Es muy linda..
    Creo que me desvié jajajajaja
    Espero el cap de mañana. Saludos :3

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  23. ¡Buenas!.
    Primero antes que todo quiero agradecerte por tu opinión, sin duda alguna y debido a la extensión me doy cuenta que eres una gran persona (Aunque es bastante obvio que ya lo sabia anteriormente, solo que con esos pequeños detalles lo confirmo) y una gran parte de mi desearía que tu madre me atendiera...o al menos que consiguiera alguien dedicado y amable por aquí. Mañana es mi primera cita...así que deséeme suerte o pidámosle juntos a Merlin para que no me entre un desmayo o me de un ataque de pánico (?.
    Saber que ha ido al psicólogo en su niñez es bastante interesante, más aún cuando me dice que era bastante maduro a su edad...no lo dudo y me hace gracia imaginarlo diciéndole al psicólogo con 7 años, que estaba bien, no tenía ningún problema y era bastante cool así xD. Bueno algo por ese estilo~.
    En fin el capítulo:
    ¡James se dio cuenta en dos segundos que Siruis era inocente!...madre mía él debía ser el ministro de magia y no otros incompetentes...Aunque quisiera ver si sigue pensando lo mismo cuando todas las pruebas apunten a su mejor amigo. Sería interesante ver que en un momento dudara ¿No cree?.
    A veces me llego a sentir cupido en esta historia. Quisiera que Snape tuviera a alguien, Flich tuviera a alguien...Sirius tuviera a alguien y hasta la gata encontrara pareja. Es que todos están tan solos que da es como tristeza. Además Siruis se merece alguien que le quite las pulgas, lo bañe y le haga disfrutar después de esa época oscura ¿no?.
    Bueno, no me hagas caso. Yo y mis locuras. Cualquiera pensaría que me dedico q buscarle pareja a todos mis amigos...
    ¿Ya he dicho que me cae mal el ministro?. Está tan preocupado por su imagen y puesto que esta más ciego que todos los que amaban a Lockart (o cómo diablos se escriba su nombre).
    En fin, creo que soy un 50% adorable según su guía: Sonrisa constante, alejarse de los problemas, torpeza (tirando a estupidez a veces), adiós maquillaje, contacto visual y los peluches hacen parte de mi día a día.
    Aunque es bastante interesante cómo algunas personas me consideran mala gente e insensible. ¿Puedes creerlo?. Están tan ciegos que no se toman la oportunidad de ver más allá.
    Ahora confunden la sinceridad con la crueldad (?
    Bueno tu pregunta...creo que prefiero que contestes los comentarios en el capítulo. Sinceramente hace mucho no uso Blogger y ya olvide cómo funciona (doy gracias que coloco la misma contraseña para todas las cuentas en todas las páginas, no sé si eso sea muy "inteligente" pero al menos me ahorra problemas). Además en su historia dejan tantos comentarios que luego me lío buscando mi respuesta. Y bueno...creo que soy demasiado perezosa para buscarla y esa es la mayor parte de la verdad xD.
    Pero por algo es que se da una opinión...
    En fin, mucha carreta.

    Se cuida mucho joven de mente prodigiosa.
    Lo leo la otra semana.

    Mis mejores deseos.

    AG

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  24. Quiero secuestrar a Sirius !!!!jajajaja y tenerlo atado a mi cama ups eso no debi decirlo, me encnato el capitulo, te puedo decir que de la saga de Harry hay pocos personajes que odie pero el ministro esta en el top tres solo por debajo de Dolores y antes que la Tia Marge .... me voy corriendo al otro capitulo para ponerme al corriente !!! en unos minutos mas nos leemos. Lic Lu

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