miércoles, 24 de septiembre de 2014

¡SALLY!


¡HOLAAA!

Tiempo sin vernos xD Ya me he olvidado de vuestras caras...

Bueno, bueno ¡Tercer libro! ¿Qué nos espera? Tías infladas, merodeadores, mapas, un Harry travieso que se escapa... Fuu!, que de cosas.

¡Superamos los 500 reviews! A ver cómo le va a este :3

¡Leer esclavos! (¿Leer es clavos? D:)

Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling.

¡SALLY!

Harry parpadeó. Estaba en su habitación.

—¿Pero qué? —preguntó confuso e irritado.

¿Dónde está aquella chica? ¿Dónde estaba su futura mujer? ¿Dónde estaba la madre de sus hijos?

Buscando calmarse se tiró sobre la cama, cerró los ojos y esperó pacientemente a que sus latidos fueran al ritmo del tic-tac del reloj de Dean. Entonces escuchó un grito. Extrañado, se levantó y se acercó a la ventana. Era Alicia. Estaba volando de una manera nueva para Harry: daba vueltas continuamente mientras gritaba como una loca. Cuando Harry dejó de reírse por la escena que tenía ante sus ojos se dio cuenta de que ya estaba más tranquilo. ¿Así que había conocido a su futura mujer? Se dejó caer sobre la cama nuevamente, con los ojos cerrados. Sentía sus labios vibrar por el roce que tuvieron, ¿Era así como se sentía besar a alguien? ¿O era porque había sido su primer beso? ¿O porque esa chica era especial? Dejó salir un largo suspiro. Ya había vuelto a emocionarse.

.

—Al, ¿Por qué demonios has hecho eso? ¿Quieres explicármelo? —le preguntó por tercera vez su madre. Era una mujer más alta que mediana pero tampoco podría considerarse alta. Su cabello rojo y sus pecas no habían cambiado en absoluto, al igual que la cara que ponía cuando estaba frustrada o enfadada.

—Ya te lo he dicho, mama... Te apuesto lo que quieras a que, si sigo haciendo cosas como estas, acabareis juntos mucho antes —dijo Albus con una sonrisa satisfecha. Albus era bajito, siempre le habían dicho que era exactamente igual que su padre cuando este era pequeño pero cuando le veía alguna foto se daba cuenta de que no era cierto. Él no era tan flaquito, ni usaba gafas, ni tenía una genial cicatriz en la frente. Pero, aun así, admitía que dejando esos puntos de lado si era idéntico a su padre, ¡Y era el único de sus hermanos que había heredado sus ojos! No era que no le gustaran los ojos de su madre, no, era que ser el único con los ojos de su padre le hacía parecer especial. Y le gustaba.

—Lo que mama quiere decir es que tú no eres cupido, el sexto libro lo será —dijo Lily desde un cómodo sofá que no pintaba nada con la extraña habitación en la que se encontraban. Lily era muy parecida en rasgos generales a Ginny: el cabello, su rostro, sus pecas, su comportamiento algo agresivo (debido casi completamente a haber crecido con unos revoltosos hermanos varones) y, por último, sus ojos. Pero tampoco eran tan parecidos, Lily tenía cierta predilección hacia su tía Hermione. Ella siempre le regalaba libros interesantes, le había enseñado a respetar las reglas (reglas que, por cierto, su madre muchas veces ignoraba). Además, a Ginny le encantaba volar, pero Lily tenía vértigo, mucho de hecho. Solo había subido tres veces en escoba; una fue cuando tenía ocho años y sus padres quisieron enseñarle a volar, otra fue en su primera clase de vuelo y la ultima en una peligrosa aventura que tuvo en Hogwarts.

—No hagas caso, Al. Que sea el hijo el que junte a los padres es algo genial —dijo Ted sonriendo. Ted era un metamorfomago pero muy pocas veces usaba su poder para deformar su cara. No, Ted valoraba mucho su rostro (tal vez demasiado). Aun así, le gustaba cambiar el color de su pelo a menudo, pero la mayoría del tiempo lo pasaba de un llamativo color azul.

—Dices eso solo porque te parece divertido —bufó Rose molesta. Esta situación no le gustaba en absoluto, jugar con el tiempo era muy peligroso, ¿Y si llegaran a tener todos hijos en diferentes años y no pudiera ir con Albus a la escuela? ¿Y si en vez de eso tenía que ir con el imbécil de James? Rose volvió a bufar, molesta con tan solo imaginarlo. Rose era una joven inteligente y divertida pero no había nadie más molesta que ella cuando se cabreaba con algo.

—Es que es divertido —remarcó James sonriendo. Era el mayor de sus hermanos, como también el más alto, pero eso no tenía nada que ver con ser el mayor. Hacía dos años que ya era más alto de lo que era Albus ahora. El sí usaba gafas, y estaba orgulloso de ello, casi tanto como de su cabello alborotado.

—Baja las piernas del asiento, James —le exigió su padre. Y es que James tenía la cabeza donde debería de poner el culo, y las piernas donde la gente pone la espalda. Resoplando molesto, James obedeció. Y es que tal vez Harry no gritara casi nunca a sus hijos pero se hacía respetar. Ya no era tan flacucho como antes, todo lo contrario más bien. Entre su entrenamiento como auror y las comidas de Kreacher tenía un cuerpo fuerte y saludable. Mostraba una mirada madura, similar a la que siempre había tenido.

—¿Qué le pasa a papa? —preguntó Hugo preocupado mirando a su pelirrojo padre, que estaba como embobado. Hugo era bajito, de la estatura de Lily más o menos. Tenía una mirada inocente y unos ojos muy grandes.

Hermione soltó una risita. Ella sabía que era lo que le ocurría a su marido. Hermione no había cambiado mucho durante todos estos años. Bueno, sí, obviamente se la veía más mayor y, por mucho que Ron lo negara, ella era consciente de que no se veía tan bien como antes.

—Es que está feliz de que su yo del pasado se haya acercado a Hermione antes de lo que él lo había hecho —explicó Ginny algo molesta.

—¡Estás molesta! —adivinó Hermione emocionada—. Dijiste que no te importaba, ¡Pero sí que te hacia feliz haber empezado con Harry antes de que nosotros empezáramos!

—¡No es verdad! —se quejó la chica más molesta todavía—. Es que me irrita que Harry sea tan lento, ¡Es un inútil!

—Papa, esto es culpa tuya —le regañó Lily—. Ahora mama está molesta.

—Toma —le dijo Harry a su mujer tendiéndole el pequeño bulto que tenía en sus brazos.

En cuanto Ginny lo cogió cualquier rastro de molestia desapareció de sus ojos. Tenía entre sus brazos a Harry bebé. Tan pequeño, silencioso y adorable...

—Ojala fuera tan fácil calmar a mi madre cuando se pone molesta —dijo Scorpius con envidia. Era rubio, como todo Malfoy. Era Slytherin, como todo Malfoy. Y ahí acababan sus similitudes con los Malfoy. Sus padres le habían enseñado a no tener estúpidos prejuicios de sangre, tampoco le habían mimado tanto como, al parecer, sus abuelos habían mimado a su padre. En resumen, Scorpius era una buena persona que no tenía prejuicios de ningún tipo, ya fuese sangre, color de piel, casa de Hogwarts u oficio de la persona.

Astoria golpeó a Scorpius en la cabeza. Ella tampoco había cambiado demasiado. Seguía teniendo ese semblante serio pero agradable que la caracterizaba, un cabello liso y algo largo, unos elegantes ojos azules igual de brillantes que siempre.

—Deja de decir tonterías, yo no me pongo molesta —refunfuñó molesta.

—Pues mi cabeza no dice lo mismo —replicó Scorpius acariciándose el lugar donde su madre le había golpeado.

Draco negó con la cabeza divertido. Con los años había madurado mucho, veía las cosas desde una perspectiva diferente a la que había usado durante toda su infancia y adolescencia. Sin duda, el que estaba más orgulloso del comportamiento de su yo pasado ese era Draco. Era bastante callado y prefería no hablar cuando no tuviera algo interesante que decir, y eso era una de las cosas que Scorpius más admiraba de él.

—Esa frase es mía —se quejó Fred, el hijo de George, algo molesto. Y es que Scorpius siempre le copiaba sus frases. Fred no era tan parecido a su tío a pesar de llamarse igual. Ambos tenían el pelo del mismo color, y los ojos, y a ambos les gustaban las bromas, y, según muchos, tenían la misma sonrisa, pero a Fred no le gustaba ser golpeador y tampoco las bromas pesadas. Para Fred una broma solo era divertida si tanto el que la realiza como la víctima se diviertían. Si uno de ellos lo pasaba mal ya no era una broma divertida. Claro que, eso no quita que haya gastado más de una realmente pesadas cuando estaba enfadado con alguien, ¡Como esa vez en la que dejó desnudo delante de todo el comedor a aquel idiota de Ravenclaw que quería salir con su hermana!

—¿No eres ya un poco mayor para seguir quejándote por esas cosas? —le dijo Roxanne, su hermana pequeña, alzando una ceja. Para molestia de Fred II y de George, Roxanne era una joven muy atractiva y eso la hacía popular. A ella en realidad le parecía divertido ver a chicos babeando detrás de ella pero, con el tiempo, descubrió que lo que le parecía realmente divertido era ver como su padre y Fred se molestaban cada vez que les decía que alguien le había pedido salir. Y, a pesar de que siempre aparentara lo contrario, nunca le había molestado que Fred gastara bromas a todos los que lo hicieran.

—Nunca se es demasiado mayor para nada —aseguró su padre convencido. George aparentaba seguridad y madurez, pero nada de eso era real. Él nunca había superado la muerte de Fred. No podían estar uno sin el otro. La muerte de Fred se llevó también parte del corazón de George. Angelina, sus hijos y el resto de su familia habían conseguido que pudiera seguir siendo feliz. Pero George seguía sufriendo. Y por eso esta oportunidad no pensaba desaprovecharla. Un futuro con Fred. El futuro que deberían haber tenido.

—Dices eso porque eres un anciano que trabaja en una tienda de bromas —replicó su mujer divertida. Angelina era casi de la misma estatura de George. Era alegre y divertida aunque sabía cuándo mostrarse seria.

—¿George un viejales? Entonces no quiero ni saber que soy yo... —se lamentó Bill fingiendo exagerada molestia. A pesar de esa tontería realmente Bill se conservaba muy bien. Claro que no tanto como su mujer.

—Si estás muy bien —aseguró Fleur dándole un pequeño beso en la mejilla. Bill bufó.

—Eso dices, pero mira a Victorie, deja a su padre de lado para irse con el feo de Teddy.

—¡Papa! —le regañó Victorie. A pesar de ser menos veela que su madre, Victorie era bastante más atractiva que ella.

—¿Me prefiere así, señor Weasley? —dijo Ted transformando su rostro en una réplica del de Bill solo que con varias arrugas de más. Varios rieron y Bill bufó molesto.

—Ya me da igual —aseguró—. Al menos sigo teniendo a mi pequeña Dominique.

—Claro que sí, papa —dijo está dándole un abrazo a Bill. Dominique era más parecida a Fleur que su hermana y la parte veela que tenía era más fuerte en ella que en el resto de sus hermanos.

—Yo también existo, papa —refunfuñó Louis. Este era más alto que sus hermanas y, a pesar de no tener sus poderes de veela tan desarrollados como ellas, él era el que más los usaba.

—Claro que sí, cariño, ignora al idiota de tu padre —le dijo Fleur dándole un achuchón. Louis esperó molesto a que su madre le soltara.

—Ya, sí, lo veo, todos tenéis familia y sois felices, ¿Podéis dejar de presumir de eso? —refunfuñó Charlie algo molesto.

—Oh, vamos Charlie, que si no tienes familia es porque no quieres —dijo Ron rodando los ojos.

—O porque los dragones no pueden tener hijos con seres humanos —bromeó George.

Ginny y Molly se miraron de manera cómplice, Harry frunció el ceño al notarlo, ¿Qué estaban tramando esas dos? Tampoco le molestaba tanto pues seguramente solo implicaría a Charlie.

(NA: ¿Qué tal? Me ha gustado bastante escribir esto, espero que a vosotros también os haya gustado leerlo)

Se encontraban en la Sala de los Menesteres, la cual les había dado todo lo que necesitaban. Había muchos tipos de asientos, mesas, camas y un extraño papel gigante que mostraba muchos cuadraditos desde los cuales se veía todo Hogwarts. En uno de ellos salía la sala común de Gryffindor, donde en este momento se veía a Harry pasando por ella llevando su escoba consigo. Iba a volar junto a Alicia. En otra pantalla se podía observar la bonita imagen que protagonizaban Ron y Hermione tumbados en el suelo de la mano. Riendo suavemente como tontos enamorados.

.

—Ya era hora, Weasley —dijo Hermione con una sonrisa que casi no le cabía en la cara.

—Y que lo digas —corroboró Ron—. Tendría que haberlo hecho hace años, pero es que dudaba que tú sintieras...

—¿Lo dudabas? —preguntó Hermione girando su tumbado cuerpo hacia Ron—. ¡Hasta Malfoy se había dado cuenta de lo que sentía por ti!

—Bueno pero...

—No importa, no te preocupes —dijo Hermione con una enorme sonrisa—. Al final lo has hecho. Y es lo que importa.

—¿Entonces estamos saliendo?

—¿Tu qué crees? —preguntó la castaña alzando una ceja.

—Bueno, no lo sé, por eso te lo estoy preguntando —bufó Ron.

—¿Y qué me estas preguntando?

—¿Quieres salir conmigo?

El corazón de Hermione se agitaba con fuerza dentro de ella, buscando salir de su cuerpo y adherirse al del pelirrojo.

—No lo dudes, Ronald —dijo Hermione dándole un pequeño beso en los labios.

—¿Tanto te cuesta decir simplemente "si"? —se quejó el pelirrojo.

—¿Tu qué crees? —preguntó nuevamente Hermione, divertida.

—¡Oh, cállate! —rió Ron y empujó suavemente a Hermione para que se tumbara.

Y la besó.

Y ella le devolvió el beso.

Y ambos se besaron.

Compartíendo su felicidad.

Porque eran felices.

Juntos.

.


Cuando Harry se montó en su escoba y ascendió hasta el lejano punto en el que se encontraba Alicia descubrió algo importante. Alicia ya no estaba ahí. Era Ginny, y tenía un llamativo chinchón en la frente. Como si alguien le hubiese dado un cabezazo. Cuando esta le vio se sorprendió tanto que casi se cae de la escoba.

—Ha-Ha-Ha-Harry... —murmuró torpemente—. ¿Qué... Que haces aquí?

—Venía a volar un rato —dijo este ocultando que también venía a gritar y a desahogarse.

—Oh... Claro, que pregunta más tonta, ¿No? —dijo Ginny sonriendo avergonzada. Harry se percató de que, por alguna extraña razón, Ginny no apartaba la vista de su frente, ¿Estaría mirando su cicatriz? Bueno, ¿Qué otra cosa podía ser? ¿Ese estúpido chinchón que se hizo cuando chocó con la extraña chica que conoció antes?

—¿Quieres que volemos juntos? —preguntó Harry con cortesía.

—No, no, yo ya me iba —mintió Ginny. Le mando una última sonrisa avergonzada y descendió a gran velocidad.

Harry se encogió de hombros, quitándole importancia al extraño comportamiento que había tenido Ginny todo este rato. Miró el cielo, ya estaba muy oscuro y, sinceramente, Harry ya no tenía ninguna gana de gritar o de volar. Ahora solo le apetecía cenar tranquilamente, disfrutar de la compañía de sus padres durante un rato y dormir durante toda la noche.

Descendió y comenzó a subir a su habitación para dejar su escoba y prepararse para la cena.

.

—Oye Seamus, ¿Puedes dejar esto en la cama de Harry? —preguntó inocentemente Sally tendiéndole a Seamus un pequeño paquete cuadrado.

—¿Y por qué no se lo das tú? —preguntó Seamus extrañado.

—Es que me da vergüenza —mintió mientras fingía que se removía incomoda.

—Bueno, aun así, ¿Por qué no se lo dejas tú en su cama?

—Oh, no lo había pensado —dijo Sally—. Aunque nunca he subido a la habitación de los chicos...

—Está bien. No importa. Dámelo. Yo se lo subo.

Cogió el pequeño paquete que Sally le tendía y subió a dejarlo sobre la cama de Harry.

.

Cuando Harry subió a su habitación se cruzó con Seamus, que salía de ella. Este le miró durante unos segundos, sonriendo pícaramente, como si dentro de la habitación le esperase una sorpresa.

Una joven en la sala común sonreía de manera maliciosa. Todo iba según su plan.

Harry guardó su escoba y se encontró un pequeño paquete encima de su cama. Lo cogió rápidamente pensando que se trataba de otra caja como la que le había llevado a conocer a su futura esposa. Por eso cuando la abrió se decepcionó bastante. Dentro de ella había unos pequeños bombones acompañados con una pequeña nota.

"¡Hola Harry! Soy Seamus. Supongo que te acordaras de que durante lo que llevamos de curso hemos estado... Bueno, peleados. Estos bombones son, de alguna manera, mi forma de disculparme. Espero que lo aceptes. Y que los disfrutes."

Harry sonrió alzando una ceja, ¿Seamus había comprado esto para él? Le parecía raro. Muy raro, de hecho. Pero recordar la mirada de Seamus cuando se había cruzado antes con él le demostraba que si había sido el él que había colocado los bombones en su cama.

Pensando que no tendría nada de malo comer uno antes de bajar a cenar, para poder decirle así a Seamus que estaban muy buenos y que estaba perdonado, abrió el paquete y se comió uno.

Entonces algo un su mente hizo "¡Crack!", como si algo hubiese dejado de ser como era y hubiese cambiado a ser algo nuevo. Nuevo y forzado. Pero en este momento eso no le importaba en absoluto. 

Harry solo quería ver a Sally.

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Riendo tontamente Ron y Hermione caminaban por los pasillos volviendo a la sala común. Por el camino se encontraron con Sally. Hermione, maliciosa, espero a que Sally estuviera muy cerca de ellos para rodear a Ron por la cintura, atraerle hacia ella y darle un apasionado beso en los labios. Beso que este aceptó encantado.

Cuando Hermione se separó de él miró a Sally, buscando celos o tal vez cabreó en su mirada. Y por eso se sorprendió cuando vio que ella sonreía con malicia.

—Vamos —dijo Ron cogiéndola de la mano y caminando con prisa hacia la sala común—. Quiero contárselo a Harry.

Entraron a la sala común.

—¡Hey, Harry! —le llamó el pelirrojo.

Harry le ignoró. Estaba buscando algo con la mirada. No lo encontró. Frustrado, suspiró.

—¿Alguien ha visto a Sally? —preguntó impaciente.

Hermione tragó saliva. Tenía un terrible presentimiento.

—Si —dijo Ron sin dejar de sonreír—. Nos hemos cruzado con ella hace un momento pero escucha, tengo que contarte algo importante.

—Ahora no, Ron —le cortó Harry echando a correr hacia la salida de la sala común.

—¡Harry! —exclamó Hermione preocupada.

—No le des tantas vueltas, Hermione, ya se lo podremos decir en otro momento y parece que tiene que hacer algo importante con Sally.

—¡¿Es que no lo ves?! —le preguntó Hermione al borde de la histeria—. ¡¿Es que no entiendes la razón de porque Harry quiere ver a Sally?!

.

Ginny había conseguido calmarse y había decidido hablar con Harry sobre si le había pasado algo extraño el día de hoy. Ella tenía el presentimiento de que había sido Harry el chico con el que había estado en aquella extraña sala. El chico que, según la carta que le mandó un "supuesto hijo suyo", era su futuro esposo. Al principio había pensado que se trataba de un simple deseo suyo el pensar que era Harry y no que era realmente un presentimiento, por eso cuando vio el chinchón que tenía este en la frente sus ilusiones crecieron mucho.

Ginny caminaba tranquilamente por los pasillos del castillo, sin rumbo fijo, y entonces escuchó pasos acelerados y algunos gritos. Se giró. Eran Harry, Ron y Hermione. Esta última agarraba a Harry continuamente y le ordenaba detenerse.

—¡Suéltame de una vez, Hermione! ¡Necesito verla! ¡Lo necesito! ¡Creo que la amo!

El corazón de Ginny comenzó a agitarse, ¿A quién necesitaba ver Harry? ¿A quien amaba?

—¡Ginny, menos mal que te he encontrado! —gritó Harry corriendo hacia ella.

El corazón de Ginny latía tan rápido que parecía a punto de explotar. Podía esto significar que...

—¿Has visto a Sally? ¿La has visto? —preguntó impaciente.

Algo dentro de Ginny explotó con tanta fuerza que sintió que sus piernas flaqueaban. Cerró los ojos con fuerza, intentando evitar sentir ganas de llorar.

—¡Contesta! ¿La has visto o no?

—¡No, no la he visto! ¡Y cállate de una vez! —gritó la pelirroja enojada, y salió corriendo.

—¿Y a esta que le pasa ahora? —preguntó Ron confuso.

—Da igual, tengo que encontrar a Sally ahora mismo —insistió Harry y, antes de que Hermione pudiera detenerle, salió corriendo.

Mientras corría se encontró con Cho.

—¡Hola, Harry! Quería preguntarte a ver si...

—¡SALLY! —le espetó sin detenerse.

(NA: Esta Cho, que no se entera... ¡Sally!)

Más adelante se encontró con Tonks, que le miró ilusionada, como si deseara la compañía de alguien.

—Vaya Harry, aquí estas, ¿A dónde habías ido?

—¡SALLY! —y siguió corriendo.

—Ya me vuelvo a quedar sola —bufó molesta.

Harry corrió y corrió hasta llegar al Gran Comedor. Abrió la puerta con la esperanza de encontrarla pero no fue tan fácil. Dentro del comedor había muchísimas personas, ¿Cómo podría encontrar a Sally?

—¡SALLY! —gritó—. ¡TENGO QUE DECIRTE ALGO IMPORTANTE!

Todos se giraron hacia él. Ron y Hermione entraron en ese momento al comedor, arrastrando con ellos a Ginny y a Tonks y seguidos de una jadeante Cho.

Solly corrió hacia Harry emocionada.

—¿Qué es, Harry?

Todos miraron a Harry emocionados, ¿Qué iba a decirle? ¿Iba a declararse delante de todo el colegio?

—Creo que te amo.

Sin esperar ninguna palabra por su parte Harry agarró con fuerza el uniforme de Sally y la atrajo hacia él. La besó.

El comedor se llenó de gritos de sorpresa, de celos, de desagrado y de emoción.

Sally continuó el beso con fiereza, disfrutando de la cara adolorida que mostraba Ginny y del rostro furioso de Hermione.

Pero Harry se detuvo.

—¿Qu-Que...? —preguntó extrañada.

—No eres tú —dijo Harry simplemente—. Lo siento por esto.

Y se alejó de ella.

Sally parpadeó un par de veces, sin entender que pasaba.

—¡PERO QUE COÑO TE PASA! —exclamó furiosa—. ¡ACABAS DE TOMAR UN FILTRO DE AMOR! ¡AMORTENTIA ADEMÁS! ¡EL FILTRO DE AMOR MÁS PODEROSO! ¡¿QUÉ TE CREES QUE HACES?!

Harry se giró y se encogió de hombros.

—Soy Harry Potter —dijo burlón—. Y tú no eres la chica que yo buscaba.

Tonks dejó salir un gritito. Emocionada por el espectáculo.

—¡UN FILTRO DE AMOR! —exclamó Lily fuera de sí—. ¡LE HAS DADO A MI HIJO UN FILTRO DE AMOR!

Sally fue consciente en ese momento de que había confesado delante de toda la escuela lo que le había hecho a Harry. Seamus la miró con odio, cabreado por haberse dejado usar para eso. Pero eso era lo que menos le importaba a Sally en ese momento. La señora Potter y la señora Weasley parecían querer comérsela a furiosos mordiscos. Dejando salir un gemido de frustración corrió hacia la salida.

Mala opción.

Allí le esperaban Ginny, Hermione y Cho, y ellas parecían dispuestas arrancarle la piel a tiras. Sacó su varita, dispuesta a morir luchando, demostrando que no por nada era una Gryffindor. Las otras cinco chicas, olvidando la magia que latía dentro de ellas, se abalanzaron sobre Sally.

—¿Pero cómo te atreves? —exclamó Molly cabreada.

—¡Mi hijo nunca se acercaría a alguien como tú! —le espetó Lily con furia.

—¡Un filtro de amor! ¡Serás sucia! —dijo Cho con furia.

—¡Deberían expulsarte por esto! —aseguró Ginny fuera de sí.

—¡Esperar! —dijo Hermione entonces—. ¿Un filtro de amor? ¿Amortentia? ¡¿Y por qué Harry está allí tan tranquilo? —se sorprendió a si misma con la respuesta—. ¡Harry acaba de vencer a la amortentia?

Todos fueron conscientes del increíble acto que Harry acababa de lograr.

—¿Cómo lo has hecho? —preguntó Lily olvidándose momentáneamente de Sally.

—Ella no me interesa realmente —dijo encogiéndose de hombros.

—¡Pero la poción se encarga de que te interese! ¡Maneja tu mente! —le explicó Lily alterada.

—Bueno, ya me he defendido antes del imperius, creo que puedo manejarme con algo como esto —esa afirmación sorprendió enormemente a muchos de los presentes.

—¿Te... te... te has enfrentado antes a la maldición imperius? —repitió temblando.

Hermione decidió cambiar de tema.

—¡Puede tener sentido! —exclamó—. La poción se encarga de que tengas un interés obsesivo sobre alguien. Y tú acabas de tenerlo. Pero entones la has besado, ¡Si Harry hubiera besado a una persona de la que realmente estuviera enamorado podría haber sido consciente de que Sally no era ella y así enfrentarse a la amortentia!

Todos miraron a Harry expectantes.

—¿Harry? —preguntó Tonks curiosa—. ¿Tienes algo que decirnos?

—Eh... —dijo Harry para ganar tiempo mientras su cerebro trabajaba a toda velocidad—. Yo no, pero creo que Ron sí.

Este sonrió satisfecho y gritó a los cuatro vientos:

—¡Hermione y yo estamos saliendo!



¡OMG! ¡OMG!

Le estoy cogiendo el gustillo a esto de acabar los capítulos así, ¿Tenéis ganas de más? Pues eso, ya sabéis, os esperáis.

Suelo actualizar por las mañanas (de 10:00 a 13:00 en España) si alguien quiere saber a qué hora suele ser eso en el lugar donde viva siempre puede usar alguna página que indica este tipo de datos. Usar google.

Bueno, hablemos de algo. El otro día que salí por ahí con los idiotas de mi clase (idiotas en el buen sentido, con los idiotas en el mal sentido no salgo) y fue bastante divertido. Hicimos el idiota, me compre manga, conocí gente que no había conocido nunca, etc. Pero me tiraron medio baso de no-se-que bebida alcohólica en el pantalón. Y yo no bebo. Y ahora mi madre piensa que sí. En el fondo creo que ella desea que sea un adolescente vulgar de los que salen y se emborrachan para poder reñirme. Pero no le daré esa satisfacción (muahahaha) porque no pienso beber ni fumar (podéis llamarme raro, yo prefiero calificarme como "cool").

Algo que me cabrea de mis amigos es que a ninguno de ellos les gusta Harry Potter, ¿Tan difícil es encontrar a alguien que le guste? Sinceramente lo digo, vosotros no sois reales. Sois creados por mi subconsciente.

Dumbledore se rascó la barba.

Claro que son creados por tu subconsciente, Dátil, ¿Pero porque eso iba a significar que no son reales?

Tu tampoco eres real —repliqué enfadado—. Nadie en el mundo podría tener una barba tan épica como la tuya.

Dumbledore soltó una carcajada.

Cierto, cierto —dijo al parar de reír—. Pero quiero que sepas una cosa, Dátil, cualquiera puede tener una barba como la mía... Pero estará condenado a caer desde la torre de Astronomía.

¡Quiero hacerlo! —dije entusiasmado—. ¡Tener una barba épica y pisar Hogwarts! ¡Suena genial!

Pero morirías...

¿No era la muerte la siguiente gran aventura?

¡Tienes razón! ¡Saltemos juntos!

¿Y mi barba?

¡Que le den! ¡Salta, niño, o te empujo!

Ya paro, ya paro... ¿A qué demonios ha venido esto? Me he perdido...

6 comentarios :

  1. Has actualizado muy rapido tu Fanfic. MUUUUY bien.

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  2. En el parrafo en que habla George, has puesto "pero Fred seguía sufriendo" y yo creo que sería "Pero George seguía sufriendo".

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  3. Me he reido mucho con toda la parte de Sally!! Imaginarme las caras de Harry, Cho y los demás en ese momento mientras Harry va gritando el nombre de Sally ha sido graciosisimo xD Lo de la sala a oscuras, entre otras cosas, ha hecho que el primer beso de Harry haya sido con Ginny y no con Cho, me alegro ^^

    Ah, y muy interesante ver a todos los personajes futuros con sus familias. ¿Que le tendrán preparado al pobre Charlie? xD

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  4. jajaja excelente capitulo, no he parado de reir jajaja n_n (claro aqui en mi trabajo voltearon a verme como bicho raro) pero no importa XD

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  5. Que alguien me explique ¿quien es Sallyque no lo recuerdo

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  6. ¿Por qué Harry no olió el pelo de Ginny que tanto acarició? ¡Así la habría reconocido antes! ¡Si es que hay que juntarles ya! Y encima la perra de Sally se lleva un beso de él, y más apasionado del que tuvo con Ginny (aunque afortunadamente, él no lo disfrutara, pero ella sí, y su acto no merecía esa recompensa... que le hubiera acariciado el pelo y lo hubiera notado ahí, pero ¡Un Beso de Harry esa perra con ese truco tan bajo! ¡No! Si ya sufrí en los libros porque Cho que realmente sólo tuvo una cita con Harry y desastrosa tuvo mucho más protagonismo en la saga siendo totalmente incompatible con Harry y egoísta... sí, sólo quería ser el centro de atención, del mundo de Harry, que todo girase a su alrededor, aunque ella le hablase de Cedric... pero él que ni se acercase a su hermana Hermione... por favor... no sería mala persona, pero tampoco era muy buena precisamente... y de su relación con Ginny, la que sí fue la Elegida, el alma gemela de Harry, apenas sale nada en los libros. Sólo tenemos que creer lo que decía Harry, que las semanas con ella fueron las más felices de su vida... ¡pero JK no narró ni una de ellas! ¡Ni una miserable cita entre ellos y a Cho le regaló mucho más! Es vergonzoso, y darle más recompensa en los fics con todo lo que tuvo en los libros reales, es injusto para Ginny y es volver a pisotearla una vez más... ya sufriré cuando leas la parte en la que besó a Cho y cuando diga que la quiere y demás, no quiero leer que fuera de los libros también tiene que besarla... ¡Al final siempre acaba la balanza haciendo que Ginny pierda! Mucho tiempo de narración y libros con él con Cho, y apenas nada, ya al final con Ginny... no, tú tienes el poder de cambiar eso, y es evidente que tú quieres a Ginny, así que, por favor, hazle justicia en tu obra, y ya que Harry ha ido notando sentimientos hacia ella ya, que no pase por Cho... Harry y Ginny Always)

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