domingo, 2 de agosto de 2015

El beso del dementor + ¡Un año de fic! (Traer pastelitos :3)


¡Estamos de celebración! Bueno, técnicamente aún no, pero como ya dije me secuestran a la playa durante una o dos semanas, así que no voy a poder celebrarlo el día apropiado... 

¡UN AÑO DE FIC!

Aún faltan cinco días (hasta el 7 de agosto) pero oye, en estás fechas es cuando me decidí a hacer el fic y escribí los primeros 4-5 capítulos para poder actualizar a diario para, por si algún día no podía escribir por X razón seguiría teniendo unos caps de reserva (que listo que soy madre mía xD). 


El caso es que gasté los caps de reserva demasiado pronto... (que tonto que soy madre mía xD).
Si alguien me hubiese dicho el año pasado que iba a pasarme más de un año escribiendo un fic me habría reído en su cara (pobrecillo :c) pero es que, en serio, nunca habría imaginado que iba a pasar tanto tiempo haciendo algo como esto.

No se vosotros pero yo he pasado momentos increíbles escribiendo esto. Me he reído yo solo, he llorado mientras escribía (me hizo feliz xD nunca me había pasado), he descubierto cosas que no sabía sobre mi saga favorita y me he dado cuenta de lo fácil que es conseguir reviews si haces un fic con una temática como esta. Eso último me da algo de pena, hay miles de fics buenísimos que no tienen apenas reviews y se lo merecen :c 

Pero yo creo que lo más increíble (por lo menos para mi) ha sido poder leer vuestros comentarios, en serio, siempre he tenido el autoestima un poco demasiado muy alto y vuestros comentarios han hecho que me crea el dios del nuevo mundo (ahora voy por la calle con una actitud tan altiva que cuando pasa alguna señora en frente de mi se aparta ella en vez de tener que apartarme yo. Vale no, las señoras son demasiado poderosas para mi ¡pero algún día os derrotaré! ¡esperar y veréis!).

Aunque no creo que este por aquí me gustaría agradecer a Luna Sodapop (en FF) por haberme dado la idea de hacer este blog, sin el cual, una vez borraron la segunda parte del fic, me habría dado seguramente por vencido. Así que muchas gracias, en serio.

Y, por supuesto, agradeceros a todos los que entráis aquí cada vez que sale un nuevo capitulo. A los que saltáis todo lo que digo y simplemente leéis el capitulo, a los que leen lo que digo y el cap y no comentan, a los que leen lo que digo y comentan (a vosotros más y más fuerte) y a algún que otro alma descarriada que se cabrea si le quitas su oreo (¿no puedes practicar el donetting con oreo? La maldad te posee :c)

Pues lo de siempre, respondo de una carrera y el capitulo:

Jaime Toledo: Bueno, sobre el fic que me dijiste... Leí el primer capitulo y, siendo sincero, no me gustó demasiado. No es que la chica escriba mal o que me parezca aburrido, nada de eso. Es solo cosa mía, tengo el gusto torcido (y me gusta la Kushina generosa y amorosa que conozco xD). Pero gracias por recomendarlo :3
PD: Ya siento no haberte contestado antes a esto, se me olvidó totalmente (ya os dije que había estado muy liado antes xD)

Anonimus maximus: Entiendo que no te interese Pansy, es lógico y normal ¡PERO COMO NO TE PUEDE INTERESAR QUE EL GATO DE HERMIONE TENGA GATITOS! ¡POR FAVOR! Cuando leí el epilogo del último libro me cabreé muchísimo ¿a quien le importan los hijos de Harry? Oh, yo que se, que la pequeña Lily Potter aún no pueda ir a Hogwarts. Yo quería saber sobre los posibles gatitos :c ¡Te maldigo J.K.! Vale no, no te maldigo, no te enfades :c
No había pensado en Gabrielle, sería interesante.
Ah, y sobre tu idea de fic. ¡Siempre que haya un Potter y haya viajes en el tiempo será, como mínimo, interesante! Con eso en mente, haz de que interesante pase a inolvidable ;) Claro que, si lo haces, pedazo de vago (con cariño).

Son: Claro, siempre estoy abierto a que me corrijan ¡no te calles las cosas! 
PD: Gracias por los nombres :)



Patricia Acosta: ¿Soy bien chungo? D:



LaurieAngel: Vaya, parece que no se te ha borrado el comentario esta vez... ¿Ves? Los latigazos son la solución. Los latigazos son amor, los latigazos son vida. 
Pff. Ya estoy haciendo pancartas contra el mammonismo. Se van a enterar estos mamones que se creen con derecho a tener su propia filosofía. Que mamones.
PD: Gracias por los nombres :)
PD2: La verdad es que llamar a Sin Nombre Emma sería divertido pero Keira me ha podido.


Todos los personajes y los fragmentos del libro original pertenecen a J.K. Rowling.


EL BESO DEL DEMENTOR


—Por supuesto —dijo Ron levantándose y tomando el libro de las manos de la madre de su mejor amigo—. El beso del dementor.

James tragó saliva al notar como Sirius se estremecía al escuchar el título del capítulo.

Harry no había formado nunca parte de un grupo tan extraño. Crookshanks bajaba las escaleras en cabeza de la comiti­va. Lupin, Pettigrew y Ron lo seguían, como si participaran en una carrera. Detrás iba el profesor Snape, flotando de ma­nera fantasmal, tocando cada peldaño con los dedos de los pies y sostenido en el aire por su propia varita, con la que Sirius le apuntaba. Harry y Hermione cerraban la marcha.

Fue difícil volver a entrar en el túnel. Lupin, Pettigrew y Ron tuvieron que ladearse para conseguirlo.

Lupin seguía apuntando a Pettigrew con su varita. Ha­rry los veía avanzar de lado, poco a poco, en hilera. Crooks­hanks seguía en cabeza. Harry iba inmediatamente de­trás de Sirius, que continuaba dirigiendo a Snape con la varita. Éste, de vez en cuando, se golpeaba la cabeza en el techo, y Harry tuvo la impresión de que Sirius no hacía nada por evitarlo.

Muchos rieron discretamente mientras Snape miraba con mala cara a ese peludo hombre engreído que le chocaba los cinco a alumnos que hacia unos días le daban por asesino.

—¿Sabes lo que significa entregar a Pettigrew? —le dijo Sirius a Harry bruscamente, mientras avanzaban por el túnel.

—Que tú quedarás libre —respondió Harry

—Pues es mucha mejor opción entregarlo que... bueno... eso... que matarlo —dijo James con cierta dificultad sin saber que pasó realmente por haber dejado vivo a Peter.

—Sí... —dijo Sirius—. No sé si te lo ha dicho alguien, pero yo también soy tu padrino.

—Sí, ya lo sabía —respondió Harry

—Bueno, tus padres me nombraron tutor tuyo —dijo Si­rius solemnemente—, por si les sucedía algo a ellos... —Harry esperó. ¿Quería decir Sirius lo que él se imaginaba?— Por supuesto —prosiguió Black—, comprendo que prefieras seguir con tus tíos. Pero... medítalo. Cuando mi nombre quede limpio... si quisieras cambiar de casa...

A Harry le bastó dar un vistazo rápido a las caras de la gente a su alrededor para darse cuenta de que, para la mayoría, todo esto era lo mismo que una telenovela para la tía Petunia.

A Harry se le encogió el estómago.

—Vas demasiado rápido, Sirius —le dijo Tonks negando con la cabeza—. Hace unos minutos eras un asesino para el.

—¿Qué? ¿Vivir contigo? —preguntó, golpeándose acci­dentalmente la cabeza contra una piedra que sobresalía del techo—. ¿Abandonar a los Dursley?

—Bueno —volvió a hablar Tonks mientras se sujetaba la barbilla con el dedo indice—. visto así...

—Claro, ya me imaginaba que no querrías —dijo inme­diatamente Sirius—. Lo comprendo. Sólo pensaba que...

—Pero ¿qué dices? —exclamó Harry; con voz tan chi­rriante como la de Sirius—. ¡Por supuesto que quiero abando­nar a los Dursley! ¿Tienes casa? ¿Cuándo me puedo mudar?

Todos en la sala sonrieron y a Harry se le hizo mayor la sensación de estar protagonizando una telenovela.

Sirius se volvió hacia él. La cabeza de Snape rascó el techo, pero a Sirius no le importó.

—¿Quieres? ¿Lo dices en serio?

—¡Sí, muy en serio!

En el rostro demacrado de Sirius se dibujó la primera sonrisa auténtica que Harry había visto en él. La diferencia era asombrosa, como si una persona diez años más joven se perfilase bajo la máscara del consumido. Durante un mo­mento se pudo reconocer en él al hombre que sonreía en la boda de los padres de Harry.

Algunos sonrieron nuevamente pero Lily y James solo pudieron mirarse entre ellos, tristes por los cambios que había sufrido la vida de Sirius.

No volvieron a hablar hasta que llegaron al final del tú­nel. Crookshanks salió el primero, disparado. Evidentemen­te había apretado con la zarpa el nudo del tronco, porque Lu­pin, Pettigrew y Ron salieron sin que se produjera ningún rumor de ramas enfurecidas.

Hermione sonrió con orgullo, Crookshanks era el mejor gato que podría haber soñado cuidar.

Sirius hizo salir a Snape por el agujero y luego se detuvo para ceder el paso a Harry y a Hermione. No quedó nadie dentro. Los terrenos estaban muy oscuros. La única luz ve­nía de las ventanas distantes del castillo. Sin decir una pala­bra, emprendieron el camino. Pettigrew seguía jadeando y gimiendo de vez en cuando. A Harry le zumbaba la cabeza. Iba a dejar a los Dursley, iría a vivir con Sirius Black, el me­jor amigo de sus padres... Estaba aturdido. ¡Cuando dijera a los Dursley que se iba a vivir con el presidiario que habían visto en la tele...!

Algunos rieron divertidos al imaginar la escena.

—Un paso en falso, Peter; y... —dijo Lupin delante de ellos, amenazador; apuntando con la varita al pecho de Pettigrew.

Atravesaron los terrenos del colegio en silencio, con pe­sadez. Las luces del castillo se dilataban poco a poco. Snape seguía inconsciente, fantasmalmente transportado por Sirius, la barbilla rebotándole en el pecho. Y entonces...

Una nube se desplazó. De repente, aparecieron en el sue­lo unas sombras oscuras. La luz de la luna caía sobre el grupo.

Muy pocos fueron conscientes del peligro que anunciaba ese pequeño párrafo.

Snape tropezó con Lupin, Pettigrew y Ron, que se ha­bían detenido de repente. Sirius se quedó inmóvil. Con un brazo indicó a Harry y a Hermione que no avanzaran.

Harry vio la silueta de Lupin. Se puso rígido y empezó a temblar.

—¡Dios mío! —dijo Hermione con voz entrecortada—. ¡No se ha tomado la poción esta noche! ¡Es peligroso!

Muchos abrieron los ojos sorprendidos.

—¿Pero porque nunca os sale nada bien de forma fácil?

Harry intentó ser optimista...

—Bueno, cuantas más cosas nos pasen más historias tendremos para nuestros nietos.

...pero eso solo le hizo pensar en que, para tener nietos, necesita primero tener hijos y, en teoría, iba a tenerlos con aquella chica a la que no vio, pero a la que si besó. Y eso no era bueno para su salud.

—Corred —gritó Sirius—. ¡Corred! ¡Ya!

Pero Harry no podía correr. Ron estaba encadenado a Pettigrew y a Lupin. Saltó hacia delante, pero Sirius lo aga­rró por el pecho y lo echó hacia atrás.

—Dejádmelo a mí. ¡CORRED!

Oyeron un terrible gruñido. La cabeza de Lupin se alar­gaba, igual que su cuerpo. Los hombros le sobresalían. El pelo le brotaba en el rostro y las manos, que se retorcían has­ta convertirse en garras. A Crookshanks se le volvió a erizar el pelo. Retrocedió.

El Gran Comedor estaba en completo silencio. Sabía, gracias a que todos los que estaban allí estaban ahora aquí en el comedor y en perfectos estado, que no había pasado nada, pero tampoco disfrutaban escenas como esta, así que simplemente esperaban que Ron leyera rápidamente todo esto y llegaran a algo más calmado.

Mientras el licántropo retrocedía, abriendo y cerrando las fauces, Sirius desapareció del lado de Harry. Se había transformado. El perro grande como un oso saltó hacia delante. Cuando el licántropo se liberó de las esposas que lo su­jetaban, el perro lo atrapó por el cuello y lo arrastró hacia atrás, alejándolo de Ron y de Pettigrew. 

Lily abrió los ojos, asustada por una no tan descabellada idea que acababa de aparecer de golpe en su mente y de instalarse allí sin dejarle decidir primero. Y fue así porque, en el fondo, estaba segura de que con Lupin y Sirius fuera de escena iba a pasar. Peter iba a escaparse.

Estaban enzarza­dos, mandíbula con mandíbula, rasgándose el uno al otro con las zarpas.

Harry se quedó como hipnotizado. Estaba demasiado atento a la batalla para darse cuenta de nada más. Fue el grito de Hermione lo que lo alertó.

Pettigrew había saltado para coger la varita caída de Lupin. 

Muchos gritaron, algunos con enojo y otros esperando que su grito cambiara lo escrito en el libro pero, por desgracia, no iba a ser así. Y eso causaría la muerte de Cedric. Y de muchos otros pero, bah, esos van a estar vivos al final. El único que va a morir para siempre es Cedric. Jojojojojojo que malvado que soy muajajajajajaja. Vale, tenéis permiso para tomaros este párrafo como una de esas cosas que me hace decir el chocolate (por echarle la culpa a alguien).

Ron, inestable a causa de la pierna vendada, se des­plomó en el suelo. Se oyó un estallido, se vio un relámpago y Ron quedó inmóvil en tierra. Otro estallido: Crookshanks saltó por el aire y volvió a caer al suelo.

Ginny movía nerviosamente sus dedos sobre su pierna a pesar de que, por lo menos, sabía lo que no iba a pasar.

—¡Expeliarmus! —exclamó Harry, apuntando a Petti­grew con su varita. 

Muchos sonrieron esperanzados sin darse cuenta de las cosas obvias, si Peter no hubiera escapado, ellos habrían sabido la verdad sobre Sirius hacía ya tiempo.

La varita de Lupin salió volando y se per­dió de vista—. ¡Quédate donde estás! —gritó Harry mien­tras corría.

Demasiado tarde. Pettigrew también se había transfor­mado. Harry vio su cola pelona azotar el antebrazo de Ron a través de las esposas, y lo oyó huir a toda prisa por la hierba. Oyeron un aullido y un gruñido sordo. Al volverse, Harry vio al hombre lobo adentrándose en el bosque a la carrera.

—Sirius, ha escapado. ¡Pettigrew se ha transformado! —gritó Harry.

Sirius sangraba. Tenía heridas en el hocico y en la espal­da, pero al oír las palabras de Harry volvió a salir velozmen­te y al cabo de un instante el rumor de sus patas se perdió.

Harry y Hermione se acercaron aprisa a Ron.

—¿Qué le ha hecho? —preguntó Hermione.

Molly respiraba de forma agitada.

Ron tenía los ojos entornados, la boca abierta. Estaba vivo. Oían su respiración. Pero no parecía reconocerlos.

—No sé.

Harry miró desesperado a su alrededor. Black y Lupin habían desaparecido... No había nadie cerca salvo Snape, que seguía flotando en el aire, inconsciente.

—Será mejor que los llevemos al castillo y se lo digamos a alguien —dijo Harry, apartándose el pelo de los ojos y tra­tando de pensar—. Vamos...

Oyeron un aullido que venía de la oscuridad: un perro dolorido.

—Sirius —murmuró Harry, mirando hacia la negrura.

Tuvo un momento de indecisión, pero no podían hacer nada por Ron en aquel momento, y a juzgar por sus gemidos, Black se hallaba en apuros.

Harry echó a correr; seguido por Hermione. El aullido parecía proceder de los alrededores del lago. Corrieron en aquella dirección y Harry notó un frío intenso sin darse cuenta de lo que podía suponer.

Solo unos pocos se dieron cuenta de lo que eso podía significar.

El aullido se detuvo. Al llegar al lago vieron por qué: Sirius había vuelto a transformarse en hombre. Estaba en cu­clillas, con las manos en la cabeza.

—¡Noooo! —gemía—. ¡Noooooo, por favor!

Y entonces los vio Harry. Eran los dementores. 

—¡Joder! —gritó Oliver cabreado—. ¡Pero porque todo tiene que ir de mal en peor!

Al me­nos cien, y se acercaban a ellos como una masa negra. Se dio la vuelta. Aquel frío ya conocido penetró en su interior y la niebla empezó a oscurecerle la visión. Por cada lado sur­gían de la oscuridad más y más dementores. Los estaban rodeando...

Algunos, los más avispados, miraron a Harry con emoción. Habían escuchado el rumor de que se había enfrentado a cientos de dementores en su tercer años y lo más probable es que hubiese sido en ese momento.

—¡Hermione, piensa en algo alegre! —gritó Harry le­vantando la varita y parpadeando con rapidez para aclarar­se la visión, sacudiendo la cabeza para alejar el débil grito que había empezado a oír por dentro...

«Voy a vivir con mi padrino. Voy a dejar a los Dursley.»

Se obligó a no pensar más que en Sirius y comenzó a re­petir a gritos:

—¡Expecto patronum! ¡Expecto patronum!

Black se estremeció. Rodó por el suelo y se quedó inmó­vil, pálido como la muerte.

«Todo saldrá bien. Me iré a vivir con él.»

—¡Expecto patronum! ¡Ayúdame, Hermione! ¡Expecto patronum!

—¡Expecto...! —susurró Hermione—. ¡Expecto... expecto!

Pero no era capaz. Los dementores se aproximaban y ya estaban a tres metros escasos de ellos. Formaban una sólida barrera en torno a Harry y Hermione, y seguían acer­cándose...

—¡EXPECTO PATRONUM! —gritó Harry, intentando re­chazar los gritos de sus oídos—. ¡EXPECTO PATRONUM!

Las respiraciones de la gente, incluidos adultos y profesores, eran tan fuertes que distraían a Ron de la lectura. Lo cual no era difícil ya que, leyendo lo que estaba leyendo, en su mente aparecían miles de imágenes para nada agradables.

Un delgado hilo de plata salió de su varita y bailoteó de­lante de él, como si fuera niebla. En ese instante, Harry notó que Hermione se desmayaba a su lado. Estaba solo, comple­tamente solo...

Los pocos que no se habían alarmado antes pensando que Harry iba a poder vencer a los dementores comenzaron a asustarse ahora ¿que estaba pasando? ¿no iba Harry a deshacerse de los dementores?

—¡Expecto...! ¡Expecto patronum!

Harry sintió que sus rodillas golpeaban la hierba fría. La niebla le nublaba los ojos. Haciendo un enorme esfuerzo, intentó recordar. Sirius era inocente, inocente... «Todo saldrá bien. Voy a vivir con él.»

—¡Expecto patronum! —dijo entrecortadamente.

A la débil luz de su informe patronus, vio detenerse un dementor muy cerca de él. No podía atravesar la niebla pla­teada que Harry había hecho aparecer, pero sacaba por de­bajo de la capa una mano viscosa y pútrida. Hizo un ademán como para apartar al patronus.

—¡No... no! —exclamó Harry entrecortadamente—. Es inocente. ¡Expecto patronum!

Sentía sus miradas y oía su ruidosa respiración como un viento demoníaco. El dementor más cercano parecía haberse fijado en él. Levantó sus dos manos putrefactas y se bajó la capucha.

En el lugar de los ojos había una membrana escamosa y gris que se extendía por las cuencas. Pero tenía boca: un agu­jero informe que aspiraba el aire con un estertor de muerte.

Nadie entendía nada ¿que le pasaba al libro? ¿iban a morir?

Un terror de muerte se apoderó de Harry, impidiéndole moverse y hablar. Su patronus tembló y desapareció. La nie­bla blanca lo cegaba. Tenía que luchar... Expecto patronum... No podía ver..., a lo lejos oyó un grito conocido..., expecto pa­tronum... Palpó en la niebla en busca de Sirius y encontró su brazo. No se lo llevarían...

Sirius quiso sonreír a Harry pero tuvo que conformarse con cerrar los ojos para no llorar.

Pero, de repente, un par de manos fuertes y frías rodea­ron el cuello de Harry. Lo obligaron a levantar el rostro. Sin­tió su aliento..., iban a eliminarlo primero a él... Sintió su aliento corrupto..., su madre le gritaba en los oídos..., sería lo último que oyera en la vida.

Y entonces, a través de la niebla que lo ahogaba, le pare­ció ver una luz plateada que adquiría brillo. Se sintió caer de bruces en la hierba.

Los estudiantes abrieron mucho los ojos, esperanzados.

Boca abajo, demasiado débil para moverse, sintiéndose mal y temblando, Harry abrió los ojos. Una luz cegadora ilu­minaba la hierba... Habían cesado los gritos, el frío se iba...

Algo hacía retroceder a los dementores... algo que daba vueltas en torno a él, a Sirius y a Hermione. Los estertores dejaban de oírse. Se iban. Volvía a hacer calor.

Haciendo acopio de todas sus fuerzas, Harry levantó la cabeza unos centímetros y vio entre la luz a un animal que galopaba por el lago. 

James frunció el ceño ¿galopaba?

Con la visión empañada por el sudor, Harry trató de distinguir de qué se trataba. Era brillante como un unicornio. Haciendo un esfuerzo por conservar el sentido, Harry lo vio detenerse al llegar a la otra orilla. Durante un instante vio también, junto al brillo, a alguien que daba la bienvenida al animal y levantaba la mano para acariciarlo. Alguien que le resultaba familiar. Pero no po­día ser...

—¿quien? —le preguntó Lily, esperando que se lo dijera para darle inmediatamente las gracias a esa persona.

Harry se limitó a encogerse de hombros con cierto misterio.

Harry no lo entendía. No podía pensar en nada. Sus últi­mas fuerzas lo abandonaron y al desmayarse dio con la cabe­za en el suelo.

—¿Puedo leer yo también el siguiente? —preguntó Ron antes de avisar siquiera de que el capítulo había acabado.

—¡Hermione! —gritó George—. ¿Que le has hecho a nuestro hermanito?

—Oh, no interrumpas ahora —le dijo Ruperta Hermenegilda de Todos los Santos, que en realidad se llama Keira Garret (también conocida como Sin Nombre o como la joven Ravenclaw esa que nunca tendrá nombre). Keira es un nombre aportado por LaurieAngel [insertar aplauso, por favor] y Garret ha sido idea do Son [aquí no insertéis aplauso... Bueno, vale, pero hacerlo con cara de rebeldes adolescentes que no hacen caso a los adultos].

—Venga, pues sigo leyendo —dijo Ron sin esperar a que alguien le diera permiso—. El secreto de Hermione.

¡Feliz cumpleaños, mi pequeño! ¡Y que cumplas muchos más! (Pero tampoco te pases xD)

¡Dos capítulos para acabar el libro! ¿El siguiente? ¡Marchando! ¡Ahora mismo!


     ¿Va en serio? xDDDD

Bye!



4 comentarios :

  1. Hey! Felicidades por el cumple! Te mandaré un privado por FF para decirte un par de fallitos que he detectado, pero es poco, Don't worry.
    Ahora procedo a la lectura de este regalo anticipado.
    Diviértete en tus vacas.
    Aaaaaaaadios

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  2. Acabo de terminar el capítulo y qué es eso de a mí aplausos rebeldes??? No te pases jovencito! Me estás llamando vieja o qué? Ejem... Ejem... Te lo voy a perdonar porque has puesto dos capítulos y me tienes así 10 minutillos entretenida, que si no...

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  3. Te luciste! Miro... y encuentro dos capítulos...¡felicidad!
    ¿Ron queriendo leer más de capitulo? ¿Tanto quiere saber lo que pasó cuando el estaba inconsciente? ¿Como va a ser cuando empiecen en realidad a leer el futuro? ¡No querrá soltar el libro!
    ¿Porque tienes que culpar al chocolate por lo que dices? No. No.Eso yo no lo permito.... no culpes al sagrado chocolate de algo así.... o mejor aún no lo nombres que ocasionas que me den antojos por comer chocolate.

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  4. Omg omg dos capítulos!! nos has hecho felices a todos xD en serio hace un año ya desde que empezaste el fic? wow... a pesar de que recuerdo haber estado leyendo este fic el verano pasado, se me hace raro pensar que ya ha pasado todo un año desde entonces... time flies~
    Ya se acerca el final del libro... un capítulo más y habrás superado oficialmente la maldición del tercer libro! Tengo ganas de que empiece ya el cáliz de fuego ^^
    Al final la ravenclaw se queda como Keira Garret, mola >.< Gracias por poner que el nombre lo sugerimos son y yo, es un detallazo, aunque admito que en el momento estaba demasiado ocupada riéndome con lo de Ruperta Hermenegilda de Todos los Santos (y preguntándome de qué me sonaba hasta que me acordé de que lo dije yo en medio de mi estado de "aljdfakjfh cuanto nombre omg hay demasiados alkfjafgh" xD) para fijarme mucho. La segunda vez ya me di cuenta del todo (porque sí, leí el cap dos veces :D la primera de pasada porque tenía prisa, duh!). Leí también el siguiente pero comentar dos veces es demasiado stalker (? así que te lo digo aquí: en el siguiente cap, el momento ese de "de tantas alabanzas que estaba recibiendo Harry sentía que podría camuflarse entre el pelo de Ginny. Y en parte le apetecía intentarlo." (o algo así) me pareció adorable xD imagínate a Harry escondiéndose en el pelo de Ginny... aww >w<
    En fin, hasta... cuando subas cap xD aish te envidio... te envidio mucho... yo también quiero playa, iba a ir hace dos días y al final nada, y luego iba a ir esta mañana y tampoco T.T
    LaurieAngel
    P.D.: no se me han vuelto a borrar comentarios. Supongo que los latigazos funcionan, así que por esta vez te perdonaré que maltrates así a tu blog... pero solo por esta vez...

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